Desde los calurosos arrozales húmedos de Insulindia hasta las estepas glaciales de Mongolia, Asia celebró la noche del miércoles el inicio del Año del Conejo con los tradicionales banquetes familiares, bailes del león y conciertos de petardos y fuegos artificiales.

Según la tradición, los niños recibieron sobres de color rojo conteniendo dinero, multitudes fervorosas afluyeron hacia los templos para encender barritas de incienso y los adultos se desearon felicidad al tiempo que comían ravioles y bebían alcohol de arroz.

“Para el nuevo año lunar, hago votos de ganar más dinero y espero que mis parientes serán felices”, confiaba Wang Kuang, en el Templo de la Tierra en Pekín.

“Hacemos estallar los petardos para alejar el “nian”, un animal nefasto según la leyenda china. Así no vendrá a molestarnos, los fuegos artificiales lo hacen huir”, explicó.

Al pie de los rascacielos de numerosas megápolis de Oriente, la fluidez de la circulación de los vehículos era algo inhabitual.

En la capital china, donde los bomberos habían sido puestos en estado de alerta, finalmente no se registró ninguna catástrofe. El riesgo de incendio había aumentado por una sequía inédita desde hace décadas.

En la ciudad de Shenyang (noreste), un hotel de gran lujo fue destruido por un incendio provocado por los fuegos artificiales, pero no hubo víctimas.

El primer ministro, Wen Jiabao, prometió en su mensaje de año nuevo luchar contra la inflación, la mayor preocupación de las clases populares chinas.

De su lado, el presidente estadounidense Barack Obama le envió sus votos de “paz, prosperidad y buena salud”.

En Hong Kong, Shangai, Taipei o Singapur los conejos estaban representados en todas su formas, pues este animal está asociado con la Luna que simboliza la buena suerte.

Con excepción de Vietnam, donde se celebra el Gato, que reemplaza al Conejo por razones que se pierden en la Historia bastante complicada de los calendarios zodiacales.

Para este periodo de “vacaciones de primavera”, China debía registrar más de 2.500 millones de desplazamientos individuales, es decir los movimientos de población más importantes del mundo.

Los viajes por ruta, tren y por avión estaban en aumento de más de 10% con respecto al año pasado.

El éxodo también se daba en otras naciones, como en Corea del Sur, donde más del 60% de la población debía viajar esta semana.

En Corea del Norte, el dirigente Kim Jong-Il aistió a un concierto de año nuevo considerado como un himno al “espíritu heroico e indemable” del ejército y del pueblo, según la prensa estatal. Entre los temas preferidos figuraban “La nación coreana es la mejor” y “Te amamos, oh tú socialismo”.

En Malasia, donde un cuarto de la población es de origen chino, las celebraciones fueron enturbiadas por inundaciones en el Estado de Johor (sur), dejando cuatro muertos y obligando a evacuar 42.000 habitantes.

En Taiwán, una gran lotería cuyo sorteo está programado para el viernes hacía soñar con un premio mayor de mil millones de dólares taiwaneses (25 millones de euros, 33 millones de dólares).

Por último, Australia, aunque afectada por el ciclón Yasi, prometía también un paso festivo del año del Tigre al año del Conejo. En Sídney se realizarán el 6 de febrero un gran desfile y una carrera de barcos dragones.