El Blog de Pato Yáñez

 

El cliché a la hora de revisar la fecha es el del “Desastre de Rancagua” para Colo Colo, quien entregó gran parte de sus aspiraciones al título con su derrota ante O’Higgins, aunque lo verdaderamente desastroso estuvo en las tribunas con el muy mal perder que tienen delincuentes disfrazados de hinchas, que van al estadio, no miran los partidos y destrozan todo lo que ven a su paso.

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Pero, se debe partir repasando lo que hizo Universidad Católica en Calama, con una victoria que los deja a las puertas del título.

Los cruzados se sobrepusieron a un gol tempranero, que era golpe de K.O. en otros tiempos de la escuadra cruzada y con la ausencia de su principal armador, Darío Bottinelli, que fue brillantemente suplida por lo realizado en el centro del campo por Meneses.

Ayudado en gran medida por Milosevic, quien será una sensible baja para el choque ante Everton, Ormeño y Francisco Silva, que se reenfocó en Católica luego de su frustrada transferencia a Europa y retomó su nivel.

El elenco de la banda revirtieron el partido con un ataque agresivo por las bandas, que dejó en evidencia el bajísimo nivel de un Cobreloa que supo ser grande en otras épocas y que hoy por hoy, se ha acostumbrado a “coquetear” con el fantasma de la Promoción y el descenso.

Por otro lado ratificaron el notable trabajo físico hecho por Jorge Fleitas, quien afinó al equipo, lo que a la postre se transformó en una de las claves de la remontada cruzada. Un ejemplo claro es el delantero Lucas Pratto, que hoy tiene muchísimo más fondo físico que a su llegada, lo que ha significado una notoria mejora en su juego.

El desastre en Rancagua

Los albos comenzaron su cotejo en El Teniente con un acoso brutal sobre la portería de O’Higgins, pero falló en dos elementos claves: La fineza a la hora de cerrar la jugada con los poco precisos Miralles y Paredes al momento de rematar, y el pase a los delanteros conjugado en el juego de José Pedro Fuenzalida, quien se proyectaba constantemente y llegaba a la raya de fondo, pero a la hora de entregar el balón, se le descalibraba la mira y el centro se perdía.

Además penó la falta de un armador. Si bien, Rabello intentó tomar la manija de los albos, Colo Colo sintió en demasía la ausencia de Cristóbal Jorquera.

El local tuvo una muy buena presentación, encabezados por Lucas Ojeda, Enzo Gutiérrez y la sólida jornada de Federico Elduayen bajo el arco.

En el fondo, las dudas fueron desnudadas en ambos goles, en donde Teuber aparece frontal y solitario para rematar, al igual que Lucas Ojeda en el segundo lapso, y la expulsión de Rodrigo Meléndez que fue el símbolo de la frustración de un equipo que volvió a llenar de atacantes la cancha para cargar sin un patrón definido la portería local.

Fue un ataque desde la ansiedad y la necesidad de ganar, pero como todo ataque sin planificación, terminó cayendo en la desesperación y la resignación, transformada en frustración y vandalismo por personajes que deben ser desterrados por los propios hinchas, fuerza pública y los clubes, quienes muchas veces financian a estos grupos, aunque ellos quieran decir lo contrario.

La Universidad de Chile y su traspié en el Nacional

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Y Universidad de Chile dejó el ánimo y el fútbol varias fechas atrás y fue sorprendido por Ñublense, que necesitó de 15 minutos en el inicio de la segunda fracción, junto a la inspirada aparición de Pablo González, que comienza a reencontrarse con lo hecho antes de su grave lesión con la camiseta de Universidad Católica, para recuperar sus opciones de mantenerse en Primera.

Federico Valdés como pocas veces habló de lo que pasa en la cancha, pero lo hizo con un diagnóstico lapidario: “No jugamos a nada”, que es lo que viene sucediendo en la “U” hace varias jornadas.

El “romántico viajero” sintió en demasía la eliminación de Copa Libertadores y las partidas de Walter Montillo y Juan Manuel Olivera, jugadores que eran la base del patrón de juego azul, que nunca pudo retomarlo tras el Mundial y cayó en un pozo del que aún, por lo que se percibe, no se avizora el fondo.

La victoria de Ñublense, que puede salvarse de todo en el final de campeonato le agregó dramatismo a la definición del último club que descenderá, rifa para la cual Everton tiene buena parte de los números en su poder, tras mostrar su irregularidad ante Audax Italiano, en un duelo que los “ruleteros” debieron liquidar en el primer tiempo, pero los fallos defensivos lo condenaron.

Otro de los complicados, Santiago Morning, perdió el partido que debía ganar para llegar más tranquilo al cierre de año, frente a un Huachipato que fue contundente como pocos encuentros en el torneo. Por esta razón el elenco “microbusero” debe jugarse las fichas ante Wanderers, que quiere llegar a la Liguilla de Copa Libertadores.

Si llevamos el cierre del certamen a los términos del boxeo, debería decir que al úlitmo round, Católica llega con ventaja en las tarjetas ante Colo Colo, que viene “groggy” por una mano que lo pilló desprevenido. Los cruzados salen con la tranquilidad de saber que, manteniendo la guardia, se quedan con el título, mientras que los albos deben salir a pegar su mejor “uppercut” para extender la agonía a la batalla final, pero con la conciencia de que un “cross” del rival, los puede poner definitivamente en la lona.