El Parlamento ruso admitió el viernes que la matanza de miles de oficiales polacos en 1940 en Katyn fue ordenada por Stalin, en el primer reconocimiento oficial inequívoco de la responsabilidad de Moscú, que en la actualidad está en fase de acercamiento con Varsovia.

“Los documentos publicados, que permanecieron muchos años en los archivos secretos, no sólo revelan la amplitud de esta terrible tragedia, sino que son una prueba de que el crimen de Katyn fue cometido por orden personal de Stalin y de otros dirigentes soviéticos”, afirma la declaración adoptada el viernes en primera lectura por la Duma (cámara baja).

El texto fue aprobado durante una sesión inusualmente agitada en la Duma, a causa de la oposición del Partido Comunista que sigue negando la responsabilidad del dictador soviético en la muerte de los oficiales polacos.

Pero el partido progubernamental Rusia Unida y los otros partidos fieles a la línea oficial hicieron aprobar ese texto, que expresa por primera vez, y tan claramente, lo que fue revelado por los archivos publicados este año por las autoridades de Moscú.

“La responsabilidad de esta matanza fue atribuida en la propaganda soviética a los criminales nazis, lo que alimentó la cólera, la amargura y la desconfianza del pueblo polaco”, añade el texto de la declaración.

El Parlamento ruso expresa “su profunda compasión a todas las víctimas de esta represión injustificada, a sus familias y allegados”, prosigue.

“Es un texto histórico para las relaciones ruso-polacas, pero lo es aún más para nosotros mismos”, comentó el jefe de la comisión de Relaciones Exteriores del Parlamento, Konstantin Kossachev.

Los diputados comunistas denunciaron un texto que constituye, según ellos, “una falsificación de los hechos históricos y una revisión de las conclusiones del tribunal de Nuremberg”.

En una declaración firmada por su líder Guenadi Ziuganov, el Partido Comunista había rechazado en octubre las acusaciones contra Stalin.

Esa declaración afirmaba entre otras cosas que una nota del jefe del NKVD (policía secreta), Lavrenti Beria, que llevaba la firma de Stalin y proponía la ejecución de 20.000 oficiales polacos, era falsa y “preparada a comienzos de 1990 por gente cercana a Boris Yeltsin”, el primer presidente ruso.

Tras la invasión por la URSS en septiembre de 1939 de las regiones polacas del Este en virtud del pacto germano-soviético, 22.000 oficiales polacos prisioneros del Ejército Rojo fueron abatidos en los bosques de Katyn y en Mednoia (Rusia), así como en Jarkiv (Ucrania).

Durante décadas, la Unión Soviética acusó a la Alemania nazi de haber cometido estos asesinatos. Fue sólo en abril de 1990 cuando el dirigente soviético Mijail Gorbachov reconoció la responsabilidad de su país en estas masacres.

De otro lado este viernes el diario económico Vedomosti informó que el presidente ruso Dimitri Medvedev lanzará una campaña de “desestalinización” de Rusia, recordando a los rusos los crímenes cometidos por el dictador soviético José Stalin.

El papel de Stalin en la historia rusa será el tema de una reunión en enero entre Medvedv y los miembros del Consejo consultivo de derechos humanos ante el Kremlin, indicaron invitados a esta reunión citados por el diario.

Según Vedomosti, el Consejo elaboró un proyecto de programa federal que tiene por objeto rendir homenaje a millones de víctimas de las represiones estalinistas.