Manifestantes quemaron el miércoles en Seúl banderas de Corea del Norte y pidieron firmes represalias un día después de un ataque norcoreano con obuses que causó la muerte a dos soldados y dos civiles en una isla surcoreana.
Algunas decenas de manifestantes congregados cerca de la embajada de Estados Unidos pidieron a China que se uniera a las demás potencias y condenara el ataque.
“China debe dejar de proteger a Corea del Norte y sumarse a la comunidad internacional”, afirmó Park Chan-Sung, organizador de la manifestación.
“Nuestro gobierno debe ejercer firmes acciones de revancha contra Corea del Norte”, añadió.
China, uno de los escasos aliados de Corea del Norte, solamente expresó su “preocupación” tras el ataque norcoreano, pero no condenó a Pyongyang.
Además, ante el ministerio de Defensa surcoreano, más de un centenar de manifestantes pidieron “venganza” y quemaron retratos del dirigente norcoreano Kim Jong-Il y de su hijo y posible sucesor Kim Jong-Un.