“El partido Progresista requiere más Democracia” fue como definieron miembros del conglomerado de Marco Enríquez-Ominami, la divergencia que existe en su interior, tras la renuncia del vicepresidente, Israel Campusano y todos los coordinadores políticos en La Araucanía.

A través de una carta pública de 12 puntos, la llamada Red Progresista, solicitó ampliar la discusión democrática al interior del PRO, cuyo ideario precisamente, era combatir con nuevas ideas la supuesta limitación de la democracia chilena, tras las elecciones presidenciales.

Roberto Neira, quien bautizó de progresista al movimiento político, señaló que la directiva nacional provisoria, no está escuchando a las bases y lamentó la falta de democracia que está adquiriendo el partido.

Neira, ex-coordinador político de la campaña presidencial de Enríquez-Ominami en La Araucanía, señaló que incluso desde Santiago se solicitó la renuncia a la coordinadora de la región de Aysén, todo esto sería para propiciar la llegada del diputado PPD, René Alinco al PRO, cosa que al final no prosperó.

En los 12 puntos, los miembros del Partido Progresista solicitan ampliar los canales de participación, que las bases tengan mayor poder de decisión y limitar los excesos de personalismos.