La Federación Internacional de Fútbol (FIFA) anunció este jueves que dos miembros del Comité Ejecutivo han sido suspendidos de uno a tres años por su supuesta implicación en la votación de las candidaturas para albergar los mundiales de 2018 y 2022.

Claudio Sulser, presidente del Comité de Ética de la FIFA, explicó que el nigeriano Amos Adamu estará suspendido tres años, mientras que el taitiano Reynald Temarii estará fuera de sus tareas por uno.

Ambos fueron multados y otros cuatro funcionarios del organismo internacional fueron sancionados también.

“Para Reynald Temarii, vicepresidente de la FIFA, se le prohibió el ejercicio de cualquier actividad en el fútbol durante un año”, y una multa de 5.000 francos suizos (3.700 euros)”, explicó Sulser, mientras que Adamu será sancionado con 10.000 francos suizos (7.400 euros).

“La Comisión de Ética notifica que suspende a Temarii por una año a partir del 20 de octubre”, explicó Lesieur.

“Él fue absuelto de toda sospecha de corrupción, sin embargo, la Comisión de Ética (de la FIFA), señaló que el hecho de haber discutido su voto y las opciones por las ediciones del Mundial de 2018 y 2022 estuvieron en contra de la ética”, agregó para justificar la suspensión de un año de su cliente.

No obstante, el letrado indicó que Temarii apelará esta decisión. Según las normas, las partes tienen diez días para recurrir a la sanción ante el Comité de Ética.

“En total, seis miembros de la FIFA fueron declarados culpables de haber “violado varios artículos del Código de Ética de la FIFA”, señaló el organismo en un comunicado.

“Con esta decisión que lamentablemente hemos tenido que tomar, hay un mensaje que se pasa. No podemos cambiar el mundo, pero es una pequeña gota de agua hacia la dirección correcta”, agregó Sulser.

“El funcionario debe ser intachable, no tiene derecho a cometer errores”, subrayó.

El escándalo sobre la designación de los Mundiales saltaron a la luz en octubre después de una información en el diario británico Sunday Times en el que afirmaba que Temarii pidió 1,6 millones euros a favor de una academia de deportes para apoyar una candidatura, mientras que Adamu reclamaba unos 570.000 euros.

Ante tales acusaciones, la FIFA, que se comprometió en una política de tolerancia cero hacia la corrupción, respondió firmemente el 20 de octubre suspendiendo provisionalmente a ambos miembros del Comité Ejecutivo.