Más de 340 fetos humanos, posiblemente provenientes de abortos ilegales, fueron descubiertos en un templo de Tailandia, un país que prohíbe interrumpir un embarazo, salvo si la madre fue violada o corre peligro.

Los 348 fetos, envueltos en bolsas de plástico y papel de diario, se encontraban en la morgue de este templo budista, en la que suelen conservarse cadáveres antes de cremarlos.

“Suponemos que provienen de clínicas que realizan abortos ilegales y estamos investigando”, indicó el coronel de policía Metee Rakphan.

El aborto es ilegal en Tailandia, salvo cuando se considera que el parto puede poner en peligro la salud de la madre o cuando esta última quedó embarazada tras ser violada.