El presidente de Bolivia, Evo Morales, recibió este sábado el alta de los médicos que lo operaron de una lesión de rótula izquierda y reapareció apoyado en muletas, pero de buen humor, en una rueda de prensa, tras seis días de internación en una clínica privada.

Morales aclaró distendido y entre risas que su lesión no es “por si acaso, (producto) del rodillazo” que le propinó en los genitales a un jugador rival, tumbándole al piso, durante un juego de fútbol en octubre, según imágenes registradas por la televisión que dieron vuelta al mundo.

El mandatario dijo que la lesión fue producto de un juego de raquetbol, otra de sus pasiones además del fútbol, en “abril o mayo en el Valle Alto (de la región central de Cochabamba) contra dos oficiales de las Fuerzas Armadas”.

Durante su permanencia en una clínica privada de Cochabamba, Morales despachó asuntos de Estado y recibió en su lecho de convalecencia a la canciller española Trinidad Jiménez.

“Después de este reposo de una semana, me retiro para incorporarme medianamente a las labores cotidianas, aunque desde acá tratamos de resolver algunos compromisos”, manifestó.

“Volveré a jugar al fútbol en un mes, aunque de arquero”, dijo Morales, desafiando para entonces a un partido al cuerpo médico de la clínica privada.

“Si pierden, nacionalizamos” la clínica, dijo entre bromas en alusión a su política de recuperación para el Estado de empresas de hidrocarburos, de telecomunicaciones y mineras, desde que asumió su primer mandato en 2006.