El G20 adoptó este viernes un plan de acción cargado de promesas para los países en desarrollo, que tiene por objetivo reforzar la infraestructura, garantizar la seguridad alimentaria y luchar contra la evasión fiscal, pero que no conformó a las ONG.

“La prosperidad, para ser duradera, debe ser compartida”, reza el comunicado final de la cumbre de las 20 naciones industrializadas y emergentes que se reunieron jueves y viernes en Seúl.

El plan anunciado por los dirigentes del G20 prevé facilitar la inversión pública y privada en proyectos de infraestructura que permitan mejorar las posibilidades de crecimiento de países en desarrollo.

“Es una lástima que estas inversiones no se extiendan a la salud y la educación, que son tan importantes para el desarrollo”, se lamentó Luc Lamprière, portavoz de Oxfam International.

Un grupo de alto nivel de 12 miembros será formado por el G20 para reunir los fondos para esta iniciativa.

Para garantizar la seguridad alimentaria en los países más pobres, los países del G20 pretenden desarrollar mecanismos para que estas naciones conozcan las existencias de comida de la que disponen, “intervenir para alimentar a los más vulnerables y garantizar el acceso a la ayuda humanitaria”.

También prometieron ayudar a los países en desarrollo a mejorar sus programas de protección social y sus sistemas impositivos, en particular combatiendo la evasión fiscal.

“El consenso de Seúl parece ser que el desarrollo es importante, pero que las acciones concretas pueden esperar incluso cuando 1.000 millones de personas pasan hambre y que millones de personas se hunden en la pobreza por la crisis económica”, dijo Lamprière al constatar que el programa aún no incluye acciones concretas sino promesas.

Oxfam es una de las organizaciones que promueve la idea de un impuesto sobre el sector financiero para “obtener financiamientos adicionales para los más pobres sin agrandar la carga fiscal a los contribuyentes comunes”.

La organización Save The Children (Salvando a los Niños, en traducción al español), se congratuló de que el comunicado del G20 mencione el aumento de la ayuda a los países pobres como una necesidad.

Pero “los dirigentes deben mantener su palabra”, señaló el grupo. “Su acción tendrá éxito si cada niño crece en buena salud y sin tener hambre”, advirtió.

“En setiembre de 2009 el G20 respaldó una Iniciativa Global sobre Seguridad Alimentaria de 22.000 millones de dólares. Sin embargo todavía la iniciativa no tiene el dinero suficiente ni una clara estrategia sobre dónde y cómo el dinero debe ser empleado”, recordó.