Estados Unidos calificó este jueves de “gran paso hacia adelante” el acuerdo alcanzado en Irak para el reparto del poder entre las distintas facciones políticas tras ocho meses de crisis.

“El aparente acuerdo para formar un gobierno de inclusión significa un gran paso hacia adelante para Irak” dijo Anthony Blinken, asesor en seguridad nacional del vicepresidente Joe Biden.

“Dijimos (durante las negociaciones) que el mejor resultado sería un gobierno que refleje los resultados de las elecciones y que esté compuesto por los polos más importantes de los grupos étnicos y religiosos iraquíes y que no excluya o mantenga al margen a nadie”, agregó Blinken.

El acuerdo reparte los principales cargos del país entre las distintas etnias y confesiones. El presidente de la República será kurdo, el primer ministro, chiita, y el presidente del parlamento, sunita.

El nuevo gobierno iraquí será el tercero desde la instauración de elecciones pluripartidistas tras la caída de Sadam Husein en 2003.