La decisión de Gran Bretaña de jubilar su flota de aviones de combate Harrier y su único portaaviones exponen a las “revalorizadas” islas Malvinas a un nuevo ataque de Argentina en los próximos años, afirmó este miércoles un grupo de ex comandantes de la marina.

En una carta al director del diario The Times, cinco oficiales de la armada británica calificaron de “estratégica y financieramente perversa” esta decisión anunciada recientemente por el gobierno en el marco de una drástica revisión del gasto de defensa, y pidieron que sea “anulada” en nombre del “primordial interés nacional”.

“Creemos que el primer ministro ha sido mal aconsejado para abandonar los aviones Harrier y el ‘HMS Ark Royal’ y pasar a depender totalmente del Tornado”, escribieron los firmantes, que incluyen dos ex jefes de la marina británica, el almirante general Alan West y el capitán Julian Oswald.

Respecto a las Malvinas, “revalorizadas” en los últimos meses por su potencial petrolífero, el texto reza que “durante los próximos 10 años por lo menos, Argentina está prácticamente invitada a infligirnos una humillación nacional de la escala de la pérdida de Singapur (en 1942) de la que el prestigio británico (…) tal vez no se recupere nunca”.

Gran Bretaña, que ocupa desde 1833 este archipiélago del Atlántico sur situado a unos 450 kilómetros de las costas argentinas, ganó una guerra en 1982 tras la invasión protagonizada por las tropas de la ultima dictadura argentina (1976-83). El saldo de 74 días de combates fue de 649 muertos del lado Argentino y 255 británicos muertos.

Desde entonces, Argentina sigue reivindicando su soberanía sobre las islas por vía diplomática, y la semana pasada reiteró por boca de su canciller, Héctor Timerman, que “no piensa atacar” las Malvinas para recuperarlas sino que apuesta por “negociaciones pacíficas”.

El almirante Lord West, quien también fue secretario de Estado encargado de antiterrorismo en el gobierno laborista derrotado en las elecciones de mayo, advirtió sin embargo de lo que ocurriría en caso de nueva invasión.

“Si las islas fueran capturadas, no tendríamos ninguna manera en absoluto de recuperarlas”, declaró a la Radio 4 de la BBC precisando que las Malvinas ilustraban una falta de capacidad “aplicable en el mundo entero”.

El gobierno del primer ministro David Cameron anunció el 19 de octubre su intención de jubilar su flota de 80 cazas de despegue vertical Harrier, utilizados en el conflicto de 1982, así como su buque insignia “HMS Ark Royal”, el único portaaviones operativo de que dispone, entre otros recortes motivados por la necesidad de reducir su excesivo déficit público.

Esta decisión dejará a Gran Bretaña sin portaaviones ni aviones capaces de despegar desde un portaaeronaves hasta por lo menos 2020, cuando se espera la entrega de dos nuevos portaaviones encargados por el gobierno anterior.

En su carta, los oficiales estiman sin embargo que el Harrier podría “permanecer en servicio hasta 2023 sin inversión significativa”, y que, en cambio, la flota de Tornado existente costará “siete veces más de mantener” en los próximos 10 años.

El ministro de Defensa, Liam Fox, defendió la decisión de la coalición gubernamental y negó que la retirada del Harrier “vaya a tener un impacto en nuestra capacidad para defender territorios en el Atlántico Sur”.

“Tenemos mucha más presencia que anteriormente, capaz de responder a cualquier amenaza”, agregó en un comunicado, citando entre otros “un campo de aviación bien defendido con aviones Typhoon para asegurar la defensa” del disputado archipiélago.

En este mismo sentido, el gobierno del archipiélago se declaró “satisfecho” en un comunicado de su nivel de defensa, precisando que Londres les aseguró que era “adecuado para mantener una disuasión efectiva”.

Esta nueva polémica en torno a las Malvinas surge al día siguiente de que el ministro británico de Relaciones Exteriores, William Hague, declarara que “no habrá cambios en la posición del Reino Unido” respecto a las Malvinas.