Al modificar la ley antiterrorista heredada de Augusto Pinochet y aplicada a los mapuche que estuvieron en huelga de hambre, el presidente chileno Sebastián Piñera hizo lo que “en 20 años nunca logramos del centroizquierda”, afirmó Marco Enríquez-Ominami (ME-O) este miércoles en París.

Marco Enríquez-Ominami | Wikipedia

Marco Enríquez-Ominami | Wikipedia

“Durante 20 años fue el centroizquierda el que aplicó esa ley antiterrorista. En 20 años nunca logramos que un presidente de centroizquierda” la dejara de aplicar, sostuvo el diputado chileno en una charla ofrecida en la Maison d’Amerique Latine en París.

Enríquez-Ominami aseguró que desde que se convirtió en diputado, en 2006, venía reclamando la no aplicación de esa ley a los sucesivos gobiernos de la Concertación “pero me decían que el único que podía hacerlo era el presidente”.

“Y fue Piñera, después de 20 años de centroizquierda, quien anunció la modificación de la ley antiterrorista que se aplicó a los mapuche” en huelga de hambre durante casi tres meses, enfatizó el dirigente de 36 años.

Le ley antiterrorista heredada de la dictadura triplicaba las penas respecto de la legislación ordinaria.

Treinta y cuatro mapuches, acusados y encarcelados en su mayoría por el delito de incendio de predios en el marco del reclamo de sus tierras ancestrales, cumplieron una huelga de hambre de casi tres meses para que no se les aplicara esa ley por la que corrían el riesgo de ser condenados a penas de hasta 100 años.

Piñera, que asumió la presidencia en marzo de 2010 en reemplazo de la socialista Michele Bachelet, impulsó la modificación de la ley, la cual aprobó el Congreso chileno el 30 de septiembre pasado.

“La resolución del tema mapuche fue una de las cosas que Piñera hizo bien sobre todo viniendo de donde viene, de una derecha reaccionaria”, afirmó Marco Enríquez Ominami.

Hijo de Miguel Enríquez, figura del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) asesinado por la dictadura de Pinochet (1973-90) y criado en el exilio en Francia, Marco Enríquez-Ominami abandonó el Partido Socialista de Chile meses antes de las elecciones presidenciales de 2009, en las que participó como candidato independiente de izquierda y obtuvo el 20% de los sufragios.