La crisis económica y la austeridad presupuestaria amenazan los esfuerzos de la lucha contra la droga en Europa, y hacen temer un aumento del consumo entre las personas en situación precaria, estima el Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías (OEDT).

En su informe anual publicado el miércoles en Lisboa, el OEDT señala que “cuando Europa inicia un periodo de austeridad económica, con un nivel cada vez mayor de desempleo juvenil, crecen los temores de que pueda aumentar también el consumo problemático de drogas”.

“Las comunidades deprimidas y marginadas tienen siempre un mayor riesgo de experimentar problemas con las drogas y sufrir los daños colaterales de delincuencia e inseguridad”, agrega.

“Los servicios destinados a consumidores de drogas están cada vez más amenazados por los recortes presupuestarios”, señala el informe que advierte contra decisiones cuyos costos a largo plazo excederán ampliamente los eventuales ahorros realizados a corto plazo.

El OEDT manifiesta su preocupación por el cuestionamiento de uno de los pilares de la respuesta europea al problema de la droga, es decir la propuesta de tratamientos eficaces. La UE tiene más de un millón de consumidores de droga en tratamiento, 670.000 de los cuales en sustitución de opiáceos, cifra que se decuplicó desde 1993.

Estos progresos importantes deben ser apoyados ya que numerosos indicadores están en rojo, argumenta el OEDT, señalando que los problemas ligados a la heroína no retroceden en Europa y que el consumo por inyección intravenosa es el más corriente en muchos países de Europa del Este (Rumania, Estonia, Eslovaquia).

Además, el consumo en Ucrania y en Rusia, cuatro veces superior al de la UE, que se acompaña con altos niveles de infección por el VIH, es considerado por el OEDT como una amenaza para la salud pública y para la seguridad en la UE, a raíz de los problemas ligados a la corrupción y al crimen organizado.

Por lo demás, hay en el territorio europeo cada vez más laboratorios de fabricación o de transformación de droga.

El cultivo del cannabis, la droga más extendida en Europa, parece aumentar: 29 países europeos dieron cuenta de una producción doméstica de hierba en 2008, aunque la resina sigue siendo importada mayoritariamente de Marruecos.

Los decomisos de plantas han aumentado desde 2003, llegando a 43 toneladas en 2008 en España y a 15 en Bulgaria.

“La idea que la gente se hace es la de una maceta en el balcón o unas cuantas plantas en el invernadero”, explica Wolfgang Götz, director del OEDT. “Pero la realidad es totalmente distinta: el crimen organizado ha comprendido los beneficios que podía sacar de un cultivo a gran escala cerca de su mercado de destino”, argumenta.

Además, la multiplicación en Europa de laboratorios de tratamiento de la cocaína, la segunda droga más consumida, demuestra las técnicas “cada vez más sofisticadas” para introducir la cocaína procedente de América del Sur.

Unos 30 laboratorios fueron descubiertos en 2008, todos en España. La cocaína era incorporada en diversos soportes (cera, plástico, ropa…) y disociada luego en esas instalaciones clandestinas.

Finalmente, la producción mundial de anfetaminas sigue concentrada en Europa, donde se encuentra más del 80 por ciento de los laboratorios, según la Oficina de la ONU contra la droga y el crimen.