Foto: Pedro Cid

Foto: Pedro Cid

Una larga fila de camiones se aprecia todos los días desde temprana hora en la Costanera de Concepción, debido a la restricción horaria que sigue vigente para el transporte de carga pesada, que cruza el puente Llacolén.

Foto: Pedro Cid

Foto: Pedro Cid

La restricción rige desde las 7:30 a 9:00 horas, de lunes a viernes, y para tomar los primeros lugares de la fila del pesaje, muchos transportistas esperan todo ese lapso y más para pasar el viaducto.

Se ubican a un costado de la Costanera, reduciendo también las vías para los vehículos menores en un horario punta.

Los reclamos por la espera son unánimes y no obstante, comprender que la medida busca cuidar el puente Llacolén y evitar la congestión vehicular, los conductores piden el fin de la restricción horaria.

Hasta antes del término de las barcazas, los camiones que cruzaban el puente era de 200 al día; pero ahora la cifra se triplicó, generando filas que llegan hasta el puente Juan pablo Segundo.

Para agilizar el pesaje, no se entrega ticket tras la medición, lo que reduce la escena a las 10 de la mañana.

Obras Públicas no descarta terminar con la restricción horaria e informó que este mes evaluará el flujo de vehículos pesados en el puente Llacolén y el liviano en el Juan Pablo Segundo, plazo tras el cual se tomará una decisión.

Asimismo, destacó que el incremento revela que las barzacas fueron un sistema útil, usado de forma frecuente por los transportistas.