Al enviar paquetes bomba desde Yemen a Estados Unidos, Al Qaida en la Península Arábica (AQPA) ha demostrado grandes facultades de innovación y de adaptación frente a las medidas de seguridad internacionales, estiman los expertos.

Dotada de militantes fogueados, resueltos y buenos artificieros, AQPA ha mostrado el peligro que representa, su determinación de atacar a Estados Unidos y su capacidad para lograr sus fines.

“Una vez más han demostrado que tienen un muy buen nivel técnico”, estimó el investigador francés Dominique Thomas, especialista del AQPA en la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales (EHESS) de París.

“Ya habían infiltrado la seguridad saudí para organizar el fallido atentado contra el príncipe Ben Abdel Aziz (viceministro saudí del Interior), y habían mostrado con el nigeriano en el avión del 25 de diciembre que podían pasar a través de los filtros de seguridad y subir con una bomba a bordo de un avión de línea. Con esto prueban que saben detectar las debilidades del sistema y aprovecharlas”, agregó.

Esta manera de innovar en los modos operacionales, de tratar de tener siempre un grado de ventaja sobre los servicios secretos y de seguridad, hace del AQPA una de las sucursales más peligrosas de Al Qaida, estimó el ex juez antiterrorista francés Jean-Louis Bruguière.

“Son muy reactivos, oportunistas y reaccionan muy rápido. Localizan las debilidades del enemigo y las utilizan”, comentó el ex magistrado.

En este caso, “descubrieron que el flete aéreo, y sobre todo el correo, no tienen los mismos niveles de seguridad que el transporte de pasajeros”, agregó.

Esta situación es tanto más aguda en cuanto que disponen de la pentrita, un potente explosivo casi imposible de detectar. Escondiéndolo en la ropa interior de un suicida o, como fue el caso la semana pasada, en cartuchos de impresora, puede pasar casi sin problemas a través de los sistemas actuales de detección.

Washington ha identificado como presunto artificiero a un saudí de 28 años instalado en Yemen, Ibrahim Hasan al Hasiri.

Pero según Dominique Thomas, “al interior de AQPA son varios los que tienen este nivel de competencia. No les faltan ni los especialista en explosivos ni los militantes fogueados, algunos de los cuales comenzaron en Afganistán en los años 1990″.

AQPA cuenta también en sus filas a algunos miembros que conocen bien el Occidente, lo que los hace aún más peligrosos, agregó Theodore Karasik, director de investigaciones del Instituto de análisis militar para el Medio Oriente y los países del Golfo (INEGMA), con sede en Dubái.

“Entre ellos hay gente que ha vivido o estudiado en Occidente: comprenden la mentalidad occidental, saben cómo funciona el sistema y cómo eludir las medidas de seguridad”, dijo.

“Estos paquetes bomba eran algo de bajo nivel, barato. Si bien fracasó, el efecto que produjo fue significativo”, agregó.

Al reivindicar estas tentativas, AQPA prometió “si Alá lo quiere”, “continuar golpeando los intereses estadounidenses y los intereses de los aliados de Estados Unidos” y llamó al envío de otros paquetes bomba “para ampliar el radio de acción incluyendo aviones de línea como de transporte”.

“Van a continuar”, afirmó Dominique Thomas. “Su objetivo sigue siendo golpear a Estados Unidos, esperar una reacción excesiva de Washington, y hacer todo para llevarlos a un atolladero yemení”.