Un tren con residuos nucleares que se dirige a Gorleben (norte de Alemania) se encontraba inmovilizado la noche del domingo por miles de personas, indicó la policía, y no podrá continuar antes del lunes por la mañana, según Greenpeace y un sindicato policial.

Unas 2.000 personas según la policía, 5.000 según los organizadores, bloqueaban las vías en Harlingen, a unos 15 km de Dannenberg, destino final del tren, desde donde la carga debe trasladarse en camión hasta Gorleben, a 20 km de distancia.

Según un representante del sindicato policial DPolG, evacuar a las miles de personas presentes en las vías “requerirá sin duda mucho tiempo y esfuerzo”.

“Por eso, puedo imaginar (…) que el tren se quede donde está” esta noche, dijo a la AFP Knut Hallmann, vicepresidente del DPolG en Baja Sajonia, donde se encuentra la ciudad de Gorleben.

Una fuente policial local declinó confirmar oficialmente este decisión, aunque reconoció “que no tenemos interés en precipitarnos” para liberar el paso del tren, que salió el viernes de Francia.

Varias personas resultaron heridas el domingo en los enfrentamientos entre policías y manifestantes antinucleares que se oponen al paso de un tren con residuos nucleares en Harlingen, norte de Alemania.

Hacia las 18h45 GMT el tren estaba bloqueado en Dumstorf, a 30 km de Dannenberg, por 70 personas que ocupaban las vías.

Por la mañana, la policía había intervenido contra unas 250 personas que intentaban retirar el balasto de los rieles del ferrocarril cerca de Metzingen, a 30 km de su destino final.

Los militantes respondieron con bengalas, indicó un portavoz de la policía, Markus Scharf.

“Todo el bosque alrededor de las vías está repleto de una nube de niebla de gas lacrimógeno”, afirmó Christoph Kleine, portavoz de uno de los grupos de manifestantes.

El tren, calificado por los ecologistas como el “transporte más radiactivo jamás realizado”, había partido el viernes de Francia e ingresado en territorio alemán el sábado.

Los militantes ecologistas de ambos lados de la frontera multiplicaron las operaciones para atrasar el avance de la formación, encadenándose a las vías o colgándose de puentes.

El movimiento antinuclear redobló de intensidad en Alemania desde que la canciller Angela Merkel decidió este año alargar la vida útil de las centrales, que su predecesor había decidido cerrar en 2020.

Más de 16.000 policías alemanes fueron movilizados para proteger el convoy compuesto por 14 vagones y 308 contenedores con 123 toneladas de residuos nucleares vitrificados.

El sábado una importante manifestación juntó a unas 50.000 personas, según los organizadores -al menos 20.000 según la policía-, en Dannenberg, cerca del centro de Gorleben.

Llegados en vehículos, autobuses y en centenares de tractores, los militantes acudieron para protestar contra este 12º convoy de desechos nucleares desde 1995 y contra la política del gobierno conservador liberal.

Esta es la movilización más importante hasta ahora contra el convoy de desechos. “Nuestras estimaciones más optimistas fueron sobrepasadas”, celebró el sábado Jochen Stay, portavoz de la asociación antinuclear Ausgestrahlt (Irradiado).

Traumatizada por la catástrofe de Chernobil (Ucrania) en 1986, la población alemana se opone en su mayoría a la energía nuclear.

Los Verdes y los socialdemócratas del canciller Gerhard Schröder (1998-2005 habían decidido cerrar las últimas 17 centrales del país en 2020.

Merkel decidió prolongar la vida de las centrales hasta que las energías renovables puedan reemplazar a la energía nuclear.