La Iglesia Católica de Cuba pidió este domingo al gobierno liberar a 13 presos políticos que están aún detenidos, de los 52 que prometió excarcelar en un plazo que vence este domingo, para poner fin al “sufrimiento” de los familiares.

“Esperamos que se tomen las decisiones y se alivie el sufrimiento y estas expectativas que de alguna manera están creando zozobra en los sentimientos de las esposas y otros familiares de los presos”, declaró a la prensa José Félix Pérez, secretario de la Conferencia Episcopal.

Tras un histórico diálogo con el cardenal Jaime Ortega, arzobispo de La Habana, el presidente Raúl Castro se comprometió el 7 de julio a liberar a 52 opositores que quedaban en prisión de 75 condenados en 2003, en un plazo de cuatro meses, que se cumple este domingo.

De los 52, reconocidos como prisioneros de conciencia por Amnistía Internacional, 39 ya fueron excarcelados y aceptaron emigrar a España, que los recibe en apoyo al diálogo entre el gobierno y la Iglesia.

Luego de oficiar la misa en el templo de Santa Rita, al que cada domingo asisten las Damas de Blanco -esposas de los prisioneros-, el sacerdote dijo que le parecía “raro” que el gobierno autorizara 14 excarcelaciones de presos que no son de los 75, y mantiene en la cárcel a 13 de los 52.

“No sería lo que se esperaba. La salida de presos que no son del grupo, manteniendo (aún presos) otros que son de los 75, no sé cómo interpretarlo. Lo deseable hubiera sido de acuerdo con lo se había anunciado” que hubieran salido ya “todos los de esa causa” en el proceso gradual que inició en julio, comentó.

El gobierno autorizó la liberación de otros 14 -que no son del grupo de los 75-, acusados de piratería y terrorismo.

Pérez dijo a la AFP tener “confianza en que se tomen las mejores decisiones, al menos las serenas, las más sabias para aliviar el sufrimiento de los familiares”. “Yo sé lo del plazo pero confío que sea lo mejor para todos”, expresó.

Al salir de misa y encabezar una marcha de una treintena de Damas de Blanco, la líder del grupo, Laura Pollán, cuyo esposo es uno de los trece presos, acusó al gobierno de “engañar” a la Iglesia y a la comunidad internacional si incumple el plazo.