Europa vivía este miércoles una jornada de manifestaciones contra los planes de ajuste, con protestas de decenas de miles de personas en Bruselas y otros países y una huelga general en España, la primera que enfrenta el gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero.
Varias decenas de miles de manifestantes, según los sindicatos, desfilaban al son de las ‘vuvuzelas’ y con petardos en Bruselas, sede de las instituciones de la Unión Europea (UE), para decir “no a la austeridad”.
La policía informó de que facilitará sus cifras de participación al final de la jornada. Entre 80.000 y 100.000 manifestantes habían sido anunciados previamente, lo que representaría la mayor marcha en la ‘capital europea’ desde 2001.
Pese a que no se había constatado ningún incidente a media jornada, la policía detuvo a 148 personas con carácter preventivo: eran “alborotadores en posesión de objetos que no tienen cabida en una manifestación”, dijo un portavoz de las fuerzas del orden, sin precisar de qué artículos se trataba.
Los manifestantes proceden esencialmente de Bélgica y Francia, pero también de Alemania, Polonia y Eslovaquia.
“Estamos aquí para decir al mundo que hay que ralentizar el ahorro”, indicó a la AFP Markus Machmik, de 45 años, minero, que viajó desde Alemania con un centenar de colegas vestidos de blanco, con sus botas y cascos de trabajo.
“No hay que añadir a la crisis financiera una crisis social sin precedentes cuyo precio pagarían los asalariados”, denunció por su parte el secretario general del sindicato francés CGT, Bernard Thibault.
Frente a la explosión de los déficits públicos derivada de la crisis económica mundial, la mayoría de gobiernos emprendieron planes de ajuste, con reformas sensibles socialmente que afectan por ejemplo los planes de pensiones o los sueldos de los funcionarios.
La austeridad “tendrá un efecto desastroso para los individuos y para la economía”, previno John Monks, secretario general de la Confederación Europea de Sindicatos (CES), convocante de la marcha en Bruselas.
“Las propuestas que estamos haciendo son las mejores para la defensa de los trabajadores. Cuando hay que pagar los intereses de la deuda (pública) no se pueden pagar las políticas sociales”, respondió José Manuel Barroso, presidente de la Comisión Europea, que este miércoles propuso multar a los países de la Eurozona que no presten suficiente atención a sus finanzas públicas.
Barroso tenía previsto reunirse con una delegación de sindicalistas hacia el final de la jornada.
La euromanifestación en Bruselas coincidió con la primera huelga general contra el gobierno español de Zapatero y sus planes de ajuste, que prevén una reforma del mercado laboral que facilita los despidos, un recorte del sueldo de los funcionarios o el aumento de la edad de jubilación.
Uno de los dos principales sindicatos españoles, la UGT, aseguró que la huelga fue secundada por más del 70% de los trabajadores, es decir, más de 10 millones de personas. Pero el gobierno se felicitó de la “absoluta normalidad” que marcaba la actividad económica del país.
Varios miles de personas se manifestaron igualmente en Varsovia y Riga, y unos centenares en La Haya, Atenas y Chipre.
Otras congregaciones estaban previstas en Portugal, Italia o Irlanda, donde la policía detuvo a un hombre que embistió la entrada del Parlamento en Dublín con un camión hormigonero en el que había inscrito “Toxic Anglo Bank”, en referencia al banco irlandés Anglo Irish Bank, cuya nacionalización ha puesto en peligro la viabilidad de las finanzas públicas.
Paralelamente, en Francia, donde el gobierno presentó el miércoles un presupuesto draconiano para 2011 que prevé una reducción del gasto público, los sindicatos llamaron a una nueva manifestación el sábado contra una reforma impopular de las pensiones.