Razones estratégicas justificarían la decisión de habilitar una vía terrestre que comunique los territorios de Alto Bío-Bío y Lonquimay, en las regiones del Bío-Bío y la Araucanía, respectivamente.

Así lo aseguró el gobernador de Bío-Bío, Renato Paredes, quien hizo ver que ese sería el mayor argumento para construir la ruta cordillerana, que implica una alta inversión y plazos de ejecución que fluctúan entre los 10 y 15 años.

Recordemos que el Ministerio de Obras Públicas presentó los estudios preliminares para habilitar una ruta terrestre que unirá Alto Bío-Bío y Lonquimay, reemplazando la huella que sólo permite el tránsito a caballo o a pie.

Según la autoridad provincial, la posible construcción del camino es positiva pero sostuvo que su ejecución deberá tomar en cuenta razones estratégicas y no factores económicos.

Sin embargo, la autoridad hizo notar que los estudios finales recién estarán terminados en un año más, ya que todavía se trabaja en acotar las opciones más posibles.

El proyecto de unir vía terrestre a las zonas de Alto Bío-Bío y Lonquimay se viene planteando hace un par de décadas, para aprovechar el potencial turístico y étnico de ambos territorios.

Hasta la fecha, los estudios preliminares plantean una decena de opciones por las cuales sería posible habilitar el camino cordillerano que una a las últimas zonas pehuenches del país.