Los venezolanos comenzaron a votar el domingo en unas legislativas cruciales, en las que el mandatario Hugo Chávez aspira a lograr una cómoda mayoría que garantice el avance de su proyecto político, y la oposición marcará su retorno al Parlamento tras cinco años de ausencia.

La jornada electoral se inició con la apertura de las primeras oficinas electorales aunque desde la madrugada se pudieron escuchar en las calles los tradicionales toques de diana, que despiertan a los venezolanos para que vayan a votar.

Una hora antes de la apertura de las oficinas electorales, Chávez habló a los ciudadanos por televisión para recordarles que está en juego el “futuro de Venezuela”, “la democracia” y la “patria socialista”.

“No podemos dejar a nuestros hijos pendientes esta batalla, tenemos que consolidar este proceso”, insistió el jefe de Estado, que considera estas votaciones un preámbulo de las presidenciales de 2012, en las que aspira a un tercer mandato de seis años.

Desde el sábado por la noche y consciente del desafío, el mandatario no ha cesado de enviar mensajes desde su cuenta en la red social Twitter animando al voto.

“Todos y todas al toque de diana y a la ofensiva! Vamos a demostrar de nuevo que la Revolución llegó para quedarse!! Que nadie se quede sin votar!”, pidió el jefe de Estado.

En total, más de 17,5 millones de venezolanos van a elegir a los 165 diputados para los próximos cinco años, después de una legislatura atípica en la que la Asamblea Nacional (Parlamento unicameral) estuvo dominada casi al 100% por el oficialismo.

En una decisión hoy considerada un grave error, la oposición decidió no participar en las elecciones parlamentarias de 2005.

Hoy, regresa a la vida parlamentaria y lo hace unida en una coalición electoral llamada Mesa de Unidad Democrática, que, más allá de sus diferencias, tiene el objetivo común de poner freno a los planes políticos de Chávez.

Desde 2005, el Parlamento ha trabajado obstáculos por acelerar el proyecto político socialista del presidente, aprobando de forma fulgurante leyes consideradas fundamentales u otorgando al mandatario poderes excepcionales para legislar.

El gobierno sabe que esta situación es irrepetible pero aspira a lograr dos tercios de los escaños, es decir 110, cifra que permitiría un amplio margen de maniobra para los próximos cinco años.

“Porque a partir del 27 de septiembre, el objetivo de este gobierno es que el presidente llegue lo más fuerte posible a 2012″, consideró a la AFP el analista John Magdaleno.

El propio presidente ha reconocido que su campaña para las presidenciales del 2012 ya comenzó y la revolución bolivariana que él lidera no tendrá descanso en estos dos años.

Por ello, la campaña del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) de Chávez ha sido avasalladora, agresiva y triunfalista durante más de cuatro semanas.

“Nunca más perderemos nosotros en elección alguna”, subrayó el presidente, que ha sido el protagonista de esta campaña.

Con una energía inagotable, Chávez ha encabezado mareas de personas vestidas de rojo que lo han aclamado y vitoreado en los barrios más pobres de Caracas porque siguen creyendo en él 12 años después de su primera elección y pese a los graves problemas que castigan a la Venezuela de hoy.

Precisamente estas angustias, comenzando por la violencia que golpea ciegamente cada fin de semana en Caracas, la inflación que no deja a una buena parte de la población llegar a fin de mes o la falta de vivienda, desempleo y ataques a la propiedad privada por parte del gobierno han sido los argumentos de la oposición en esta campaña.

El gobierno venezolano ha subrayado que si la oposición controla un día la Asamblea Nacional enterrará todos los programas sociales en salud o educación lanzados por la revolución bolivariana. Por su parte, los detractores de Chávez aseguran que sólo un Parlamento multicolor en el que todas las fuerzas políticas tengan cabida es garantía de democracia y progreso.