Los socorristas comenzaron a trabajar para determinar el orden de salida de los 33 mineros atrapados en el yacimiento San José, bajo el principio de “primero hábiles, luego débiles y luego fuertes”, aunque su estado emocional en el momento de salir será decisivo, adelantaron expertos.

A medida que se acerca el día para el rescate de los mineros, previsto para comienzos de noviembre o incluso un poco antes, los socorristas comienzan a tratar el tema de los criterios para definir el orden de salida de los mineros.

“Estamos trabajando en protocolos muy estrictos” que tienen que ver con determinar estados sicológicos de los mineros; estado físico, habilidades y cualquier factor que se pueda prever, dijo a la AFP Alberto Iturria, quien dirige el equipo de apoyo psicológico para los mineros y sus familiares.

Son tantos factores que “no podemos anticipar nada, porque no sabemos” y mucho dependerá “de lo que esté ocurriendo ese día con las personas”, precisó.

“Todos tenemos días mejores o peores”, acotó el profesional, por eso con tanta anticipación es imposible predecir qué trabajadores serán elevados primero a través del tubo o los tubos de rescate que se están perforando.

Pero el médico jefe de la Asociación Chilena de Seguridad (ACHS), Jorge Díaz, explicó por separado que “el tema de la nominación (en qué orden salen) es un tema complejo. Lo que tenemos muy claro es cuál es el método”.

Díaz hacía referencia a que el método universal de rescate tiene un principio según el cuál se saca primero a los “hábiles”, luego a los “débiles” y al final a los “fuertes”.

Los hábiles son los que están en las mejores condiciones físicas para sortear cualquier problema que pudiera surgir al momento de ser izados a la superficie por un ducto de casi 700 m. de longitud y de 60 a 70 cm. de diámetro, una fase que demandará entre una hora y una hora y media.

Los débiles son aquellos que pueden padecer alguna enfermedad o sean de mayor edad, y los fuertes son quienes podrán soportar en mejores condiciones la ansiedad de la espera.

Según Díaz “el último que se va siempre es el capitán”, lo cual determinaría que Luis Urzúa -jefe de turno de los mineros el día del accidente y que ha sido el líder en las profundidades- saldría último.

Iturra, sin embargo, insistió en que sólo el día del rescate se podrá saber con exactitud quién sale primero y quién por último, y rehúsa mencionar nombres propios por el momento.

El psicólogo explicó que habrá que trabajar para contener la ansiedad que surgirá en esos instantes del rescate, que estima será fuerte, tanto en el interior como en el exterior de la mina.

“Lo primero es manejar la ansiedad de los familiares, de nosotros, de los rescatistas, con mucho cuidado trataremos de centrarnos en el objetivo central que es el rescate”, subrayó.

Explicó que es vital que tanto familiares como mineros puedan entender la necesidad de enfrentar la presión que el rescate provocará. “Hay que limpiarse de las cargas emocionales, hay que bajar eso, ordenar y estar más limpio para el momento del encuentro”, puntualizó.

Hasta la fecha los responsables de las tareas de perforación mantienen sus expectativas de que el rescate se producirá en los primeros días de noviembre próximo.

Para tal cometido 3 perforadoras trabajan en paralelo para construir diferentes orificios, de 66 a 70 centímetros de diámetro, por el cual serán elevados los 33 mineros, uno por uno, por medio de una cápsula metálica que el gobierno encomendó construir a la Armada.

Los mineros quedaron atrapados por un derrumbe el pasado 5 de agosto en el yacimiento San José. Se encuentran a 700 metros de profundidad en un espacio amplio, que les permite desplazamientos de hasta 1,5 km.