Con el ánimo de erradicar definitivamente su imagen del territorio nacional en un futuro no lejano, la fundación Un Techo para Chile instaló frente al Paseo Ahumada, en plena Alameda y a unos 30 metros de altura, una mediagua.

La idea, tal como señaló el director de esa entidad benéfica, Patricio Domínguez, es aprovechar el “espíritu bicentenario” para aunar voluntades y terminar de una vez por todas con los campamentos en Chile, donde actualmente habitan unas 30 mil familias.

Precisó que de acuerdo a las cifras manejadas por Un Techo para Chile, el cataclismo del 27 de febrero no debió haber aumentado en un número superior a de 5.000 el de las familias que viven en mediaguas, en lo que ahora llaman “aldeas”, pero que siguen siendo los campamentos de siempre.

Por eso dijo que terremoto y maremoto no pueden ser excusa para seguir manteniendo una realidad que afecta a tantos chilenos, e insistió en que cuando un problema está tan “identificado” y acotado como el de la gente que vive en campamentos, sólo hace falta la voluntad para resolverlo.