El caso de un niño de 10 años que fue abandonado tras la detención de sus padres, cuestiona el procedimiento policial, cumplido frente a los tribunales. La mujer que asumió el cuidado del menor dice que no conocía a los padres del niño.
Un conductor de la línea Vía Láctea recogió pasajeros, frente a los tribunales penquistas, sin detener la máquina, por lo que luego una carabinero le exigió la licencia de conducir, a lo que el conductor se negó. La funcionaria policial solicitó refuerzos y arribaron, según una testigo, una patrulla, un carro, dos motoristas, y personal de infantería junto con perros.
El chofer fue esposado y conducido al furgón y de ahí a la comisaría, mientras su señora, que lo acompañaba, no bajó de la máquina hasta la llegada del propietario, pero también fue llevada hasta la unidad policial.
En ese instante, una pasajera del taxibús, se ofreció para quedarse con el hijo de diez años de la pareja, sin conocer al chofer y a su señora, llevándolo a su casa donde ya de noche familiares lo retiraron.
Graciela consideró exagerado el proceder de los uniformados, añadiendo que la carabinero se negó a revelar su identidad.
Frente al requerimiento de La Radio, carabineros dijo que estudiará los antecedentes antes de pronunciarse.
El sename tomó cartas en el asunto y dijo que carabineros le informó que el menor nunca quedó desamparado, y que la funcionaria policial lo iba a trasladar a la comisaría, a lo que la madre se negó. Por eso quedó al cuidado de la mujer, supuestamente conocida y vecina de los detenidos, lo que la misma aludida descartó completamente.