Las dos perforadoras que trabajan en el rescate de los 33 trabajadores atrapados en el Yacimiento San José superaron los 300 m de excavación, con lo que aumentó el ánimo de los mineros, que desde el fondo de la mina pueden oír el trabajo incesante de las máquinas.
La perforadora encargada del denominado Plan A, una Strata 950, alcanzó este miércoles “los 308 metros”, mientras que una segunda perforadora, a cargo del Plan B, “lleva un avance de 368 metros”, señaló en rueda de prensa el coordinador de las tareas de rescate, René Aguilar.
La primera de las máquinas debe perforar 702 metros y la segunda 630.
El mayor avance lo consiguió la segunda máquina, una perforadora modelo T-130, que a inicios del miércoles retomó sus operaciones tras sufrir la rotura de una de sus piezas el jueves pasado.
Esta máquina debe ensanchar hasta unos 30 cm un primer ducto ya construido de 630 metros, para luego en una segunda pasada volver a agrandarlo hasta unos 70 cm de diámetro y permitir la ajustada salida de los mineros.
Este fin de semana la T-130 podría finalizar su primera fase tras alcanzar los 630 metros en su primera pasada, según dijo Aguilar.
Luego viene una segunda perforación que “tiene una velocidad distinta”, más lenta que la primera fase, por lo que se mantiene la estimación oficial sobre el plazo del rescate de los mineros, previsto para inicios de noviembre o comienzos de diciembre, en el escenario más pesimista.
“En un buen escenario, deberíamos estar llegando los primeros días de noviembre” con la amplitud necesaria para el rescate, señaló Aguilar.
En tanto está previsto una nueva detención de la perforadora Strata “que va a tener un mantenimiento preventivo a los 380 metros durante este fin de semana, y entre lunes o martes a más tardar reiniciaría su perforación”, dijo el funcionario.
La Strata excava un ducto de unos 30 cm de diámetro de 702 metros de extensión, que luego debe volver a ensanchar hasta unos 66 cm.
Un tercer plan de rescate, a cargo de una gigantesca perforadora petrolera, avanza en el ensamblaje de las piezas. Su instalación ha cumplido un 70%, dijo Aguilar.
Esta máquina debería comenzar a perforar el próximo lunes.
El avance de las perforaciones renovó el ánimo de los mineros, que se habían mostrados preocupados con las detenciones de las máquinas.
Los mineros “están muy contentos. Están escuchando perforar a las dos máquinas a un buen ritmo”, explicó Aguilar.
Ellos “han comenzado a preparar el taller mecánico para que cuando llegue la sonda, les permita sacar algo de material que pueda caer”, explicó el funcionario al hablar sobre el lugar donde debería llegar la segunda perforadora y los planes para que los propios mineros colaboren en su rescate.
“Ya pasamos la época más dura”, que fue cuando los mineros no escuchaban las máquinas perforadoras trabajar, confirmó también a la AFP el psicólogo a cargo del rescate Alberto Iturra.
El psicólogo confirmó además que Ariel Ticona, uno de los 33 mineros atrapados, pudo ver el nacimiento de su hija Esperanza, ocurrido el martes, gracias a un video que le enviaron al fondo de la mina.
“Vio el video. Esperanza ha sido muy bien recibida”, relató Iturra.
Los mineros, explicó además el psicólogo, “ya recuperaron todos su peso” y siguen “haciendo sus ejercicios” físicos diarios y “colaborando” con todo lo que se les está pidiendo.
El próximo sábado ellos comerán empanadas y asado de filete, tal como lo harán la mayoría de los chilenos, para conmemorar el Bicentenario del país.
Los mineros quedaron atrapados el 5 de agosto pasado en la mina San José, a unos 800 km al norte de Santiago. El 22 de agosto lograron hacer llegar un mensaje a la superficie indicando que todos se hallaban vivos y bien de salud.