Claudio Bizama, una de las personas que cuestionó el remate de artículos recuperados de los saqueos del gran Concepción y que efectuó el martillero público Máximo de la Maza, en Los Ángeles, relató paso a paso como fue dándose cuenta de los hechos.
Relatos como éstos son los que comienzan a dar vida al expediente que lleva el Ministerio Público con la PDI angelina y que revelan una situación irregular, ya que la mayoría de las declaraciones -según precisó el comisario Marcelo Urrea- tienden a sostener que los productos sí fueron cambiados entre la visita y una vez concluido el remate de la empresa Tattersall, puesto que no correspondía lo visto con lo entregado.
Bizama agregó que había mantenido el silencio pese a la molestia que le causó haber pagado 150 mil pesos por un LCD que tenía la pantalla quebrada y destruida, sentenciando que sólo servía para botarlo a la basura. Por ello, luego del comentario de un amigo decidió denunciar a la PDI.
Similar situación le ocurrió a José Sanhueza, quien aún con la emoción en sus ojos, reveló a La Radio parte de su tragedia vivida después del remate, aclarando que la inocencia de su hija de 8 años estaba de por medio.
Esto, porque la menor le pidió que le comprara un computador portátil, hecho que él verificó el modelo, marca y calidad, llegando hasta el casino de la Socabío el pasado 8 de septiembre, adjudicándose el equipo visto en 140 mil pesos.
La tragedia de la cual habla, lo explica a continuación:
Declaraciones que estarán a partir de este martes en el grueso expediente contra el cuestionado martillero, donde la investigación continúa, no descartándose nuevos allanamientos.