El ex dictador argentino Jorge Videla será juzgado desde este viernes por el fusilamiento de 32 presos políticos en 1976, primera vez que vuelve al banquillo de los acusados desde que en 1985 fue condenado a cadena perpetua, aunque años después fue indultado.

Jorge Videla /actualidad20.com

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Videla, de 85 años, será juzgado por violaciones a los derechos humanos en la provincia de Córdoba (centro) durante la dictadura (1976/83) junto a otros 24 imputados, incluido el ex jerarca militar Luciano Menéndez, condenado a cadena perpetua en otros dos juicios recientes.

“Que 34 años después, Videla vuelva a ser sentado frente a tribunales de la Constitución para ser juzgado por estos episodios demuestra que Argentina nunca olvidó”, declaró a la AFP Martín Fresneda, representante de hijos de víctimas.

La causa investiga el fusilamiento de 31 presos políticos en cárceles cordobesas entre abril y octubre de 1976, la mayoría ejecutados durante traslados autorizados por un juez, en medio de supuestos intentos de fuga fraguados para justificar su eliminación, según la instrucción.

Se imputa además a los acusados por el secuestro y torturas de otras seis víctimas en Córdoba.

Durante las audiencias que se extenderán hasta fin de año, se espera que declaren unos 60 testigos.

“Videla debería estar en todas las causas del país, es demostrativo del terrorismo de Estado, pero hay que demostrar los responsables conexos como el Poder Judicial, sin cuya omisión no se podrían haber realizado estos crímenes”, advirtió la querellante María Elba Martínez, del Servicio de Paz y Justicia (Serpaj).

Videla, un hombre anodino y católico militante que aparecía como un general moderado, encabezó el golpe de Estado del 24 de marzo de 1976 y fue presidente de facto hasta 1981, la época de la más cruenta violencia represiva del régimen que dejó 30.000 desaparecidos, según organizaciones humanitarias.

“El desaparecido, mientras sea desaparecido, no puede tener ningún tratamiento especial: es eso, una incógnita. No tiene entidad, no está, ni muerto ni vivo, está desaparecido”, decía Videla sarcástico en 1979 ante un periodista que lo interrogaba sobre denuncias internacionales.

A la espera del juicio, el ex dictador está alojado en un pabellón especial de la cárcel cordobesa de Bouwer, adonde fue trasladado el sábado pasado desde su habitual cárcel dentro de un cuartel del ejército en la periferia norte de Buenos Aires.

Videla volverá a enfrentar un tribunal el viernes por primera vez desde 1985 cuando fue condenado a cárcel de por vida en el histórico Juicio a las Juntas, para ser indultado en 1990 por el entonces presidente Carlos Menem (1989/99).

No obstante, el perdón fue declarado inconstitucional por la justicia en 2007, en un fallo ratificado por la Cámara de Casación en 2009.

En 1998, fue encausado por robo de bebés y tres años más tarde por su responsabilidad en el Plan Cóndor de coordinación represiva en el Cono Sur en las décadas de 1970 y 1980.

Tras la anulación en 2003 de las leyes de amnistía, sumó otras imputaciones.

A comienzos de mayo, fue encausado por 40 homicidios, secuestros y torturas, entre ellos el secuestro y desaparición del estudiante alemán Rolf Stawowiok en 1978, por el cual la justicia germana solicitó su extradición.

En agosto, el ex represor enfrentará otro tribunal en Santiago del Estero (norte) por secuestro y muerte del estudiante Cecilio Kamenetsky.