El primer ministro laborista británico, Gordon Brown, presentó este martes por la tarde su dimisión a la reina Isabel II en Buckingham Palace, lo que allana el camino para el nombramiento del líder conservador David Cameron como primer ministro.
Brown, visiblemente emocionado, había anunciado pocos minutos antes su intención de dimitir, en una declaración solemne frente al número 10 de Downing Street, su residencia oficial desde junio de 2007, cuando heredó el cargo de Tony Blair, tras haber sido durante 10 años su ministro de Finanzas.
“En caso de que la Reina acepte, le aconsejaré que invite al líder de la oposición a que busque formar gobierno”, agregó sin citar el nombre de Cameron.
“Deseo buena suerte al próximo primer ministro cuando deber tomar importantes decisiones para el futuro”, agregó acompañado de su esposa Sarah.
“Mi dimisión como líder del partido laborista es efectiva inmediatamente”, declaró antes de dar las gracias a toda la gente que le ha rodeado durante estos años, ministros, diputados y empleados de su oficina y “por encima de todo” a su esposa Sarah, que le acompañaba en este difícil momento.
“Y en momentos en que abandono el segundo trabajo más importante que jamás he tenido, aprecio todavía más el primero, como esposo y padre. Gracias y adiós”, concluyó antes de que sus hijos John y Fraser se reunieran con sus padres para una última instantánea familiar.