Una persona murió y al menos otras 56 resultaron heridas este jueves por la noche en ataques con granada cerca del barrio financiero de Bangkok, donde dos grupos de manifestantes, los camisas rojas y los progubernamentales, se plantaban cara, según fuentes oficiales.

“Las informaciones preliminares dan cuenta de un muerto y 56 heridos”, afirmó el ministro de Sanidad Jurin Laksanavisith. Según una fuente diplomática, un japonés y un australiano figuran entre los heridos.

El primer ministro tailandés, Abhisit Vejjajiva, convocó una reunión de emergencia de los responsables nacionales de seguridad, según el portavoz gubernamental Panitan Watanayagorn.

El Ejército confirmó por su parte que las explosiones fueron causadas por granadas. “Cinco M79 estallaron en tres lugares diferentes”, informó el coronel Sunsern Kaewkumnerd, un portavoz castrense.

Los “sin colores” -manifestantes que apoyan al Gobierno- se encaraban a los “camisas rojas”, que exigen desde mediados de marzo la dimisión del ejecutivo y controlan un importante barrio turístico y comercial de la ciudad.

Dos explosiones se escucharon a unos cientos de metros detrás de los “sin colores” poco antes de las 20:30 locales.

“El Ejército intervino para hacer pasar una ambulancia. Un extranjero fue sacado de detrás de una pequeña calle en camilla”, contó un fotógrafo de AFP.

Una periodista de la agencia informó luego de una tercera explosión que causó al menos tres heridos.

“Cientos de ‘sin color’ agitaban banderas y parecían de buen humor cuando resonó la explosión. Un hombre cayó en la carretera, otros dos en la acera”, afirmó.

Hora y media después de la primera deflagración, los investigaciones recorrían la zona con linternas en busca de indicios.

Desde el lunes, los “camisas rojas” se encuentran frente a soldados armados con fusiles de asalto que tomaron posiciones para impedirles extender el territorio que controlan.

Pero cada noche se concentran en la zona cientos de manifestantes progubernamentales exasperados por el movimiento de los camisas rojas. Los bandos rivales se insultan, además de lanzarse piedras y botellas.