Autoridades de salud e instituciones fiscalizadoras aseguran que las descargas de aguas servidas a los canales y ductos de la Región del Bío-Bío son una situación de emergencia. Los esfuerzos están puestos ahora en la solución definitiva.

Los problemas en las conexiones de Essbío obligaron a tomar como medida alternativa el vertimiento de aguas servidas a colectores de aguas lluvias y canales de la zona, como el Ifarle de Talcahuano y el Price de Hualpén.

En este contexto, Mario Fernández, Secretario Ministerial de Salud explicaron que se autorizó esta situación como medida de emergencia frente a la necesidad de desechar estas aguas, para evitar el rebalse de las cámaras domiciliarias y que hubiera escurrimiento en la vía pública. Asegura también que se están tomando medidas.

Por su parte la Superintendencia de Servicios Sanitarios también ha estado fiscalizando la descarga controladas de aguas servidas. Por ejemplo en Lebu se logró colocar en funcionamiento el emisario con lo que se terminó el vertimiento al río, mientras en Arauco está operativo también un sistema alternativo.

Ahora queda el canal Price de Hualpén, que comenzó a ser tratado con bacterias para la desnaturalización de los desechos y el canal Ifarle de Talcahuano que está próximo a colocarse en marcha una planta de emergencia. Se estima que la reparación y restitución de los conductos normales podría demorar alrededor de 6 meses. Así lo señaló Rodrigo Riquelme, Director Regional de la Superintendencia de Servicios Sanitarios.

De hecho, se estableció una mesa de trabajo intersectorial para elaborar una estrategia rápida para ver el tema de la contingencia y asimismo tomar las mejores decisiones a mediano y largo plazo que den un solución al tema de los daños que dejó el terremoto en los ductos y colectores.