La amante de la otrora estrella del Partido Demócrata estadounidense, John Edwards, rompió su silencio este lunes con una entrevista en la que revela detalles de su romance con quien se postulara a la presidencia de Estados Unidos en 2008.

Imagen: popcrunch.com

Rielle Hunter, 45 años, posó junto a la hija que Edwards procreó con ella en secreto, en una entrevista con la revista GQ en la cual revela que se acostó con el político en un hotel de Nueva York en febrero de 2006 pocas horas después de conocerlo.

“Eres tan apuesto”, dice que le dijo.

Cuando Edwards la llamó más tarde para preguntarle si quería ir a su habitación, “dije, ‘No me importaría para nada’”, relató Hunter a GQ. “Fue sólo eso, un campo de fuerza magnética que nunca había experimentado”.

Edwards era entonces un ex senador y ex candidato a la vicepresidencia de Estados Unidos junto a John Kerry en 2004, que en 2008 competiría en las primarias presidenciales demócratas ganadas por Barack Obama.

Su esposa Elizabeth, que padecía de cáncer de seno incurable, descubrió el amorío cuando halló un teléfono celular que su esposo escondía para llamar a Hunter, dijo ella.

Elizabeth llamó al número que figuraba en memoria, y Hunter relató que al recibir el llamado, pensando que era Edwards, respondió “Hey, baby”.

La opinión pública estadounidense se vio impactada al enterarse de que este carismático político haya llegado tan lejos en la carrera hacia la Casa Blanca pese a ocultar un romance, una hija ilegítima y al mismo tiempo apoyar en público la lucha de su esposa contra el cáncer.

“El amor no ha desaparecido. Es incondicional de mi parte, pero nuestra conexión es profunda. Hay mucha pasión”, dijo Hunter, quien durante la campaña 2008 cumplió funciones de camarógrafa, periodo en el cual un asesor, Andrew Young, dijo que era el padre de la niña para proteger a Edwards.

El demócrata reconoció todo en agosto de 2008 luego de que el tabloide National Enquirer diera crédito a rumores -ignorados por la gran prensa estadounidense- y lo ubicara en el Hilton de Beverly Hills en julio de 2008, donde Edwards visitaba a su amante y a su hija.

Para la consternación de los principales medios de prensa estadounidenses, el Enquirer asegura que merece un premio Pulitzer 2010 por su investigación.