El preso político cubano Orlando Zapata, 42 años, falleció este martes en La Habana como consecuencia de una huelga de hambre de 85 días, confirmaron funcionarios de un hospital capitalino, en un hecho que provocó “indignación” en la disidencia local, que culpa al Gobierno.

Orlando Zapata

Orlando Zapata

Zapata, considerado “Prisionero de Conciencia” por Amnistía Internacional, había iniciado una huelga de hambre en diciembre en protesta por las malas condiciones carcelarias, medida que terminó con su muerte este martes a las 13:00 local (15:00 horas en Chile), según confirmó el departamento de información del hospital Hermanos Ameijeiras de La Habana.

Se trata del primer preso político que muere en prisión desde los años 1970, según el portavoz de la opositora Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional (CCDHRN), Elizardo Sánchez, quien estimó que el fallecimiento es “una mala noticia para el movimiento de los derechos humanos y también para el Gobierno”.

“La gente está indignadísima, lo que se está planteando es un duelo nacional, durante el tiempo que se expongan (los restos) y estar en ayuno todos permanentemente”, dijo a la AFP Héctor Palacios, uno de los 75 presos políticos condenados en 2003, quien conoció a Zapata en prisión y ahora se encuentra en libertad por causas de salud.

“Me siento como aplastado por el dolor”, Zapata “no tuvo otra alternativa que decidirse por la huelga de hambre, las autoridades no se compadecieron de él, lo dejaron morir”, agregó

Zapata fue condenado a tres años de cárcel en 2003 en un proceso paralelo al de los 75 disidentes, pero luego recibió otras penas que elevaron su condena a más de 25 años.

El 3 de diciembre inició una huelga de hambre en la prisión de Holguín (este) por malas condiciones carcelarias, por lo que fue trasladado a la de Camagüey (este), donde mantuvo la protesta y tuvo que ser ingresado en el hospital de esa provincia.

El pasado miércoles fue enviado en ambulancia al hospital de la prisión Combinado del Este, en La Habana, y desde ahí al hospital Hermanos Ameijeiras, la noche del lunes.

“Este es un mal recado que en medio de la cumbre que se está desarrollando en México (Grupo de Río) le llega al mundo, que en Cuba en este momento acaba de morir un hombre por falta de atención, es un crimen político”, añadió Palacios.

Oscar Espinosa Chepe, otro de los 75, también liberado por causas de salud, dijo a la AFP que “esto es una prueba más de la crueldad de las autoridades cubanas que no tienen ningún límite en su odio hacia las personas que luchamos por los derechos humanos de forma pacífica”.

Espinosa Chepe añadió que “tememos que esto se vuelva a repetir porque los presos políticos y de conciencia cubanos están en terribles condiciones”.

Esta muerte “es una consecuencia más de este sistema, despiadado, un sistema que no tiene medida de personas que por mantener un poder absoluto llegan a estas posiciones, a estos puntos de extrema crueldad”, finalizó.

“Denunciamos al gobierno cubano por ser responsable del encarcelamiento injusto y arbitrario y muchos abusos y ultrajes contra Zapata”, dijo por su parte Oswaldo Payá, dirigente del Movimiento Cristiano Liberación, quien remarcó que la disidencia “no busca mártires”, pero Zapata murió “defendiendo la libertad, los derechos y la dignidad de todos los cubanos”.

El Gobierno cubano no reconoce presos políticos en Cuba -unos 200, según la CCDHRN- y los considera “mercenarios” al servicio de Estados Unidos.