Pakistán confirmó este miércoles la captura del mulá Abdul Ghani Baradar, presentado como el jefe militar de los talibanes afganos, una baja que podría suponer un duro golpe para la milicia que combate al gobierno y a las tropas internacionales desde hace 8 años.

El ejército paquistaní publicó un breve comunicado en el que dijo que “ha sido confirmado que una de las personas detenidas es el mulá Baradar”.

“El lugar de la detención, así como los detalles de la operación, no pueden ser revelados debido a razones de seguridad”, añade el texto, sin otra precisión.

The New York Times y otros medios de prensa aseguraron el martes que agentes de Estados Unidos y Pakistán habían detenido hacía “varios días” a Baradar en la ciudad portuaria paquistaní de Karachi.

Los insurgentes desmintieron la información y dijeron que Baradar seguía dirigiendo las operaciones de los talibanes.

El mulá Baradar es presentado a menudo como el número dos o número tres de los talibanes afganos, por debajo de su fundador y líder supremo, el mulá Omar.

Según los expertos, su captura es sin dudas un duro revés para los talibanes.

“Es un amigo cercano del mulá Omar y pertenecen a la misma generación. Formaba aprte de las treinta personas consideradas como los fundadores del movimiento talibán”, explica Rahimulá Yusufzai, un experto paquistaní en cuestiones relacionadas con los talibanes.

“Este arresto es muy significativo. Es un fuerte varapalo para los talibanes. Tendrá un efecto desmoralizador en ellos, en beneficio de Estados Unidos y Pakistán”, abundó el analista político paquistaní Hasan Askari.

Una ficha de Interpol indica que el mulá Baradar tiene unos 42 años, que fue viceministro de Defensa bajo el régimen de los talibanes (1996-2001) y que operaba en la frontera entre Pakistán y Afganistán. El mulá Omar lo nombró líder militar.

Algunos especialistas creen ver en el arresto de Baradar un giro de la política paquistaní respecto a los talibanes.

“Es una advertencia clara a los jefes talibanes afganos en Pakistán: las cosas han cambiado. Tienen que elegir, o bien siguen luchando (contra el exremismo) sin nuestra ayuda, o bien cooperan”, explicó Arturo Muñoz, un ex agente de la CIA, tras el anuncio del arresto.

La confirmación de la detención de Baradar se produjo pocas horas antes de una reunión del presidente estadounidense Barack Obama con su gabinete de guerra, para evaluar la actual ofensiva desplegada en el sur de Afganistán contra el bastión talibán de Marjah.

Desde el sábado, 15.000 soldados afganos y extranjeros están implicados en la operación Mushtarak (“Juntos”), en pleno corazón de la provincia de Helmand.

Este miércoles, la ofensiva se veía frenada por las numerosas minas y los escudos humanos que según el ejército afgano están utilizando los talibanes.