Miles de manifestantes impidieron el sábado, por primera vez, el tradicional desfile de neonazis alemanes en Dresde que marca el aniversario del bombardeo de la ciudad por los aliados en 1945.

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Unos 12 mil manifestantes antifascistas -según los organizadores- participaron en aciones de bloqueo contra la “marcha fúnebre” de 6 mil 400 neonazis congregados este año, según un nuevo balance de la policía, que señalaba la noche del sábado unos 30 heridos después de incidentes violentos.

“Por primera vez, hemos conseguido impedir la mayor marcha de neonazis de Europa”, se alegró Lena Roth, portavoz del movimiento “Dresde sin nazis”, que reagrupa a personalidades de medios político, artístico y sindical.

El aniversario de este terrible bombardeo con bombas incendiarias, que destruyó en dos días gran parte de esta ciudad del este de Alemania, con un balance de 25 mil muertos, es celebrado cada año por los grupos neonazis que desfilan en la “Florencia del Elba”.

Pero este año, “el desfile previsto no ha podido celebrarse” debido a “numerosas acciones de bloqueo” realizadas por los militantes antifascistas, que bloquearon calles, cruces y vías férreas, según la policía.

Los militantes neonazis se dispersaron al anochecer después de escuchar discursos toda la tarde en su punto de concentración, delante de la estación Neustadt de donde los judíos de la ciudad eran deportados por los nazis.

Las fuerzas del orden desplegaron todo el día un importante dispositivo de seguridad, con un total de casi 5 mil 700 policías movilizados. Aún así, se registraron varios enfrentamientos que dejaron “al menos 27 heridos, entre ellos 15 policías”, por piedras y botellas.

Por la tarde, contramanifestantes formaron en Dresde una cadena humana pacífica de más de 15 mil personas por iniciativa de la alcaldesa Helma Orosz y representantes de la Iglesia y los sindicatos.

Esta acción “simbólica” buscaba conmemorar el 65º aniversario del bombardeo de la ciudad, el 13 y 14 de febrero de 1945, y al mismo tiempo defender la imagen de una “ciudad abierta al mundo, opuesta a la violencia y la xenofobia”, subrayó la alcaldía.

Para apoyar esta acción, las campanas de todas las iglesias del centro de la ciudad repicaron cada diez minutos cuando se formó la cadena.