Sencillez, eficiencia y economía son los principios que llevaron a cabo los investigadores de la Universidad de Michigan, quienes crearon el más simple y rápido de los sistemas para detectar la polución del agua que consumimos.
Se trata de una tira de papel -del tamaño de un test de embarazo- que está intervenida con nanotubos de carbonos capaces de detectar en tiempo mínimo una toxina producida por las algas verdeazules en el agua potable, según informa Amazings.com.
Como señala este portal, el invento funciona midiendo la conductividad eléctrica de los nanotubos en el papel.
De hecho, este método funciona 28 veces más veloz que el sistema que se usa habitualmente para detecta la microcistina-LR, químico generado por las cianobacterias o algas verdeazules, las cuales aparecen generalmente en aguas ricas en nutrientes.
Cabe destacar que esta sustancia tóxica causa -incluso en cantidades pequeñas- perjuicios al hígado y no se desestima que también cáncer en este órgano.
También, se atribuye como el desencadenante de envenenamientos colectivos hace siglos.