Una mujer kamikaze mató el lunes a 41 peregrinos chiítas e hirió a 106, entre ellos mujeres y niños, en una carretera cercana a Bagdad, una semana después de perpetrarse una serie de ataques coordinados en la capital iraquí.

La kamikaze se mezcló con los peregrinos en una procesión religiosa en Bub al Sham, en la periferia norte de Bagdad, e hizo estallar el cinturón de explosivos que llevaba.

Entre los muertos, hay al menos 11 mujeres y niños, según fuentes médicas.

“En la mañana una kamikaze hizo estallar su cinturón de explosivos en medio de una multitud de peregrinos que se dirigían a Kerbala, en la región de Bub al Sham”, indicó la comandancia militar de Bagdad en un comunicado.

“El ataque perpetrado por la terrorista que llevaba un cinturón de explosivos tuvo lugar dentro de una cabina de registro corporal reservado a las mujeres”, precisó el comunicado.

Decenas de personas estaban agrupadas cerca de las tiendas de campaña montadas por benévolos para servir comida y bebida a los peregrinos que convergen desde hace varios días hacia la ciudad de Kerbala, situada 110 Km al sur de Bagdad.

“Estábamos sirviendo a la gente cuando se produjo el ataque dentro de la tienda en la que se registra a las mujeres”, declaró uno de los benévolos, Allawi Hassan, que fue herido en las piernas y era atendido en el hospital Al Kindi de Bagdad.

“Cuando se produjo la explosión, me sentí propulsado por los aires. Vi muchos niños y mujeres heridos antes de desmayarme. Me desperté en el hospital”, agregó Hassan.

Cientos de miles de peregrinos acuden cada año a Kerbala para rendir homenaje a Hussein, nieto de Mahoma muerto en el año 680 en el desierto de Kerbala en una batalla contra las tropas del califa omeya Yazid.

Los atentados contra peregrinos son frecuentes en Irak desde 2003 y la caída del régimen de Saddam Hussein, cuando los chiítas pudieron reanudar sus peregrinaciones, prohibidas durante tres décadas.

Este nuevo ataque hace recordar la violencia entre comunidades religiosas que ensangrentó Irak en los últimos años, pero que se redujo progresivamente a raíz de la gran campaña militar contra Al Qaida.

En efecto, en los últimos meses, Al Qaida parecía haber abandonado los ataques de carácter religioso para concentrarse contra blancos gubernamentales en Bagdad.

La semana pasada, 54 personas murieron en 24 horas en una serie de ataques coordinados contra hoteles de Bagdad y el instituto de medicina forense.

Las autoridades iraquíes y norteamericanas estiman que esos atetandos están destinados a hacer fracasar las elecciones legislativas previstas el 7 de marzo, que consideran cruciales para la estabilidad del país tras siete años de conflicto.