Los hechos comenzaron cuando Robinson Rubilar Thiele recibió la autorizacion del supervisor de Asmar-Talcahuano para iniciar su trabajo de soldadura. De improviso, surgió un incendio que no pudo ser controlado por los equipos de emergencia de la empresa de la Armada porque la red seca no funcionó por carecer de presión.

El operario de 37 años ardió en llamas según declararon sus compañeros de trabajo, muriendo al quemarse sus vías respiratorias.

La familia de la victima demandó a los Astilleros de la Armada por el daño moral que les provocó la muerte de su hijo, padre y esposo.

De acuerdo a la investigación judicial, está totalmente acreditado que la responsabilidad del accidente que terminó con la vida de Robinson Rubilar es de la empresa de la Armada, por lo que esta debe responder económicamente

Para establecer los montos de la indemnización, la Corte de Apelaciones de Concepción tuvo en cuenta los informes psicológicos que establecían que la madre de la víctima dejó de trabajar por el dolor, que su esposa aún no logra superarlo y que los hijos menores de edad presentaron retrocesos y retraimiento social.

Por ello el tribunal estableció que Asmar debe pagar 30 millones de pesos a la viuda del trabajador, 15 millones a cada uno de sus dos hijos y 6 millones a cada uno de los padres de la víctima.