La situación parecía normalizarse en el norte de Nigeria, donde el ejército se desplegó masivamente tras cinco días de violencias en las que murieron cientos de rebeldes islamistas, entre ellos su jefe, Mohamed Yusuf.

El portavoz del ministerio nigeriano de Defensa rechazó facilitar cifras sobre el número de muertos y negó que hubiese habido víctimas civiles.

Toda la prensa nigeriana recogía hoy la muerte del líder de los “talibanes” del país, Yusuf, de 39 años, capturado y posteriormente ejecutado anoche en el cuartel general de la policía de Maiduguri.