Una Constitución para Chile

Volver al home      |      Notas      |      Video      |      Entrevistas      |      Opinión
ajpabogados.cl

Tomás Jordán: Plurinacionalidad se conversó en 2016 pero hoy es un elemento estructural del Estado

Domingo 04 julio de 2021 | 07:00
VISITAS

El abogado detrás del proyecto constitucional de Bachelet explica a Radio Bio Bío que el país ha cambiado y que hay temas que aparecieron en la discusión ciudadana en 2016 pero que no fueron incluidos en el proyecto porque “no estaban maduros”. Explica la necesidad de modificar el presidencialismo y está en desacuerdo con lo que se presentó en el proyecto de entregar más facultades al Presidente. También que instituciones como la Contraloría debería ser colegiada y que el Tribunal Constitucional debe continuar pero con cambios

Han pasado más de 3 años desde que la ex Presidenta Michelle Bachelet -a 6 días de dejar su cargo- presentará un proyecto de propuesta para una nueva Constitución. El cual no fue aprobado en el Congreso y hoy desde la ExConcertación a Chile Vamos y centros de estudios ligados a estos, han estado analizando de forma muy detenida.

Desde que comenzó el proceso participativo con cabildos a lo largo de todo el país en 2016, el constitucionalista Tomás Jordán acompañó y asesoró a Bachelet hasta el día que presentó la propuesta constitucional.

Hoy relata que hay ciertos temas que en ese minuto “no estaban maduros” y que se trataron de “corregir los defectos hasta ese momento estaba teniendo” el país.

-¿Por qué crees que esta nueva Constitución va a establecer la plurinacionalidad?

La sociedad chilena ha venido cambiando cultural y socialmente desde hace al menos una década y el tema de la plurinacionalidad es una cuestión que aparece en la discusión pública ya en 2016 en el proceso participativo indígena de la exPresidenta Bachelet, como modelo de estado.

Ahora vuelve porque están los escaños reservados y los pueblos indígenas, con derecho, tiene un rol relevante y ganado en el espacio público constitucional.

-En el proyecto de constitución presentado por Bachelet, no se habla de plurinacionalidad, ¿Por qué se debe incluir y no se hizo antes?

El proyecto de la ex Presidenta sí reconoce la idea de soberanía compartida cuando dice que la soberanía recae en la nación y en los distintos pueblos que la conforman. Es una fórmula diferente a la plurinacionalidad, reconoce que son soberanos en el Estado de Chile.

A partir de la elección de los convencionales y de los escaños de indígenas, la plurinacionalidad se toma como un elemento estructural del Estado, como un modelo de Estado, que identifica el Estado de Chile.

No estaba maduro, al menos, hasta hace unos años atrás pero sí estaba la discusión constitucional.

Hay una línea de continuidad y lo que pasa es que los momentos permiten que se releve un tema, que madure y me parece que la plurinacionalidad es un tema que hoy día está asentada.

-El derecho de la vivienda pareciera imposible que no esté en la nueva Constitución ¿Se debería ampliar o ocupar lo mismo que se utilizó en el proyecto de Bachelet?

Hay dos formas de enfocar los derechos sociales en la Constitución, una más reducida y breve que tocas todos los derechos y habilita el debate legislativo -que es la fórmula del proyecto de Bachelet- pero también puede pasar, que es una cuestión más propia del constitucionalismo latinoamericano y puede que ocurra en nuestros constituyentes, que las demandas sociales se radiquen en la Constitución y por lo tanto sean textos más extensos en que traten de detallar la fórmulas de cómo se deberían desarrollar esos derechos.

-¿Cuál sería la mejor fórmula?

Creo que las fórmulas breves, habilitantes a la discusión democrática, a las políticas futuras, son las fórmulas correctas porque permiten conciliar que esos derechos estén en el texto constitucional y al mismo tiempo conciliarla con la política democrática a futuro.

Pero es una decisión que va a depender del tipo de constitución que terminemos teniendo y me parece que por el perfil de la Convención va a ser más bien una más de demandas sociales que pueden engrosar el texto constitucional.

Entre más contenidos te fijes en la constitución, menos habilitación le dejas al legislador democrático y por lo tanto, rigidiza la política.

Régimen de Gobierno

-¿Por qué el proyecto de la ex mandataria no modificó el presidencialismo?

En esa época la crisis del régimen político no era tal, distinto a lo sucedido con el gobierno del Presidente Piñera y su doble minoría, consecuencia de su relación con el Ejecutivo trabado y bloqueado. Antes no se visualizaba como una necesidad urgente cambiar el régimen político pero sí que tenía varios defectos que requerían ser corregidos.

Lo que se hizo fue equilibrar ciertas potestades entre el Ejecutivo y Legislativo como por ejemplo eliminar los quórum supra mayoritarios, que solo exista la regla de la mayoría simple y eventualmente la mayoría absoluta. Se trató de corregir los defectos que hasta ese momento estaba teniendo.

-Pero el proyecto entregaba una atribución nueva, la posibilidad de requerir al Tribunal Constitucional la cesación en el cargo de Diputado o Senador

Creo que fue un error, si no recuerdo mal, esta fue una incorporación que puso el ex ministro del Interior, Mario Fernández.
La verdad no estoy de acuerdo con esto.

Participación ciudadana

-La participación ciudadana es uno de los puntos que ha marcado este proceso y en el proyecto de Bachelet se propone que un 5% de los ciudadanos con derecho a sufragio puedan introducir una iniciativa de ley en el Congreso. ¿Cree que ese porcentaje es correcto o debería ser menor?

Es un empoderamiento a la ciudadanía para que pueda recurrir al Congreso en aquellas materias que le son relevantes.

El 5% fue para efectos de que aquellas materias que realmente sean relevantes muevan la máquina legislativa. Lo que ha pasado en el derecho comparado es que cuando los porcentajes son menores, se llenan de proyectos de ley de iniciativa de la ciudadanía, que cumplen con los estándares pero no son relevantes y no se continúa su legislación. Evaluamos que tenía que ver con un mayor porcentaje porque eso iba a dar cuenta que había mayor ciudadanía movilizada detrás de este proyecto. Por lo tanto iba a obligar al Congreso a tramitar tales temas.

-¿En la Nueva Constitución debería existir aún más la participación ciudadana?

Me parece que a nivel constitucional deberían haber, al menos, cuatro mecanismos de participación.

Primero, la iniciativa ciudadana de ley. Segundo, que las principales materias constitucionales cuando se reformen sean plebiscitarias. En tercer lugar, que haya una figura que es propia de la Constitución uruguaya que es el mandato revocatorio de ley, un año después de entrada en vigencia una ley un grupo de ciudadanos puede requerir que se llame a un referéndum para ver si se deroga o no una ley. Me parece clave porque ha permitido en Uruguay incorporar a la ciudadanía a la discusión legislativa.

Y como cuarta opción, se podría incorporar una medida en la que las políticas públicas deben incorporar instrumentos de participación ciudadana.

Descentralización

-¿Por qué el proyecto de Bachelet no habla sobre descentralización y solo aparece en el mensaje?

El proyecto se redactó durante el 2017 y en ese año es cuando se aprueba la elección de los gobernadores.Se ocupó un criterio de respetar lo más posible las reformas democráticas que se habían logrado en los últimos años.

-¿Es necesario introducir más cambios a favor de la descentralización?

Hay una discusión mucho más clara hoy día que hace 3, 4 años atrás. La discusión sobre la elección de gobernadores fue muy trabada pero me parece que en la convención se debe dar esta discusión con mayor libertad y eso permitiría avanzar mucho más y ¿hacia dónde avanzar? Hay tres criterios: descentralización política, una mayor descentralización administrativa del Estado y la autonomía financiera.

Instituciones

-En los últimos meses se ha puesto en duda la continuidad del Tribunal Constitucional, en el proyecto de Bachelet se presentaron dos cambios para este ¿Crees que son suficientes o tiene que desaparecer?

Hay dos cambios relevantes en el proyecto de Bachelet, uno que es el sistema de nombramiento y otro que elimina el control preventivo, que son los dos grandes defectos del TC.

Yo estoy de acuerdo que se mantenga el TC pero sin los dos grandes defectos. El control preventivo porque interviene el debate legislativo y obstruye la democracia, lo eliminaría completo y el problema del nombramiento es derivado del anterior, porque el TC interviene los proyectos de ley, el incentivo para el Presidente o para el Congreso es nombrar gente cercana a ellos cosa que si algún proyecto cae en el tribunal pueda votar más favorablemente. El incentivo está mal puesto.

-¿Pero no debería haber un tribunal o una figura que regule los proyectos que hay dentro del Congreso?

Tienes que equilibrar la existencia de un Tribunal constitucional con el principio democrático, por lo tanto como se ha logrado eso a nivel de comparado, es que tu aceptes las leyes que crea el Congreso en razón del principio democrático y una vez que entren en vigencia, si alguna de ellas es inconstitucional, el tribunal la pueda descartar.

No es que no crea que no haya control sino que equilibrar justicia con democracia.

Y dos, que dentro del Congreso,hoy existe, pero se puede reforzar es que se ejerce control de constitucionalidad por los secretarios de las mesas, por los secretarios de las comisiones, existe una comisión de Constitución en cada Cámara que su trabajo es examinar la constitucionalidad de los proyectos.

-Otra institución que no presentaba cambios en el proyecto de Bachelet es la Contraloría. ¿Hoy debería cambiar o eliminarse?
La Contraloría como controladora de legalidad me parece bien, cumple una función, permite mantener orden, evitar la corrupción, cumple un rol preventivo. Pero ahí hay una figura con la existencia de los órganos unipersonales, me parece que hay que avanzar a que todos sean órganos colegiados porque al final depende de la impronta, carisma del contralor de turno para donde va la Contraloría. Lo mismo lo aplico al Ministerio Público.

Una de las alternativas que trabajamos en ese momento era que fueran colegiados todos los órganos autónomos y no hubo acuerdo interno entonces no se pudo avanzar ahí. Pero yo era favorable de esta tesis.

-Las Fuerzas Armadas tampoco presentaban cambios en el proyecto de Bachelet pero después del 18-0 se criticaron muchos elementos de esta institución ¿Se debería reformar?

El estallido social, los estados de excepción, nos han demostrado varias cuestiones. Primero que es importante eliminar la idea de la seguridad nacional en la Constitución, esa es una idea de la guerra fría y aborda la idea del enemigo interno.

Me parece clave relevar que las FF.AA estén dentro del Gobierno, no un capítulo aparte, que sea breve y que estén sometidas a la dependencia directa del Presidente de la República o primer ministro según sea el régimen. Hay que avanzar a civilizar a hacer civil las FF.AA bajo el poder civil.

Y cuatro, hay que reformular los estados de excepción. Que esté a la cabeza un jefe de la defensa no se sostiene por los tipos de estado de excepción.

Tendencias Ahora

{{ post.post_date_txt }} | {{ post.post_hour }}
VISITAS