Sonidos de pájaros y naturaleza parecen animar dos cuerpos de manera tan distintas como pueden ser dos mujeres, hasta que se juntan y dialogan. Luego entra un hombre y comienza el juego.
Así parte Resonar 2.0, una obra abierta a múltiples interpretaciones porque apela a muchas imágenes (yo, por ejemplo pensé en Edward Muggeridge, los surrealistas y los dadá) y vivencias de infancia, como es jugar con las “ranitas” (“sapito cantor” o “chicharra”).
Resonar 2.0 tiene la libertad de los juegos infantiles, donde con poco y, aparentemente, con mucha libertad e improvisación se puede pasar muy bien.
Resonar 2.0, de Francisca Morand y Camilo Rossel (que son parte del elenco), tiene en la música un componente fundamental, tanto para ayudar a crear ambiente, mover los cuerpos o estimular la memoria, llevar al espectador a la infancia o a momentos de juego de alegría, de libertad.
Apta para público desde 8 o 9 años, Resonar 2.0 es una obra con pequeños aspectos que, a mi juicio, falta trabajar, como es la interacción con la escenografía (simple y bella).
Resonar 2.0
De Francisca Morand y Camilo
Última función: domingo 12, a las 17:00 horas
GAM