Alberto Fernández, peronista de centro-izquierda, le sacó una amplia ventaja al presidente liberal Mauricio Macri en las primarias del domingo en Argentina y quedó como claro favorito para las presidenciales del 27 de octubre.

Fernández, en fórmula con la exmandataria Cristina Fernández de Kirchner logró 47% de los votos en las elecciones del domingo. Macri obtuvo tan solo 32%. Entre los dos suman casi 80% y la brecha se hace muy cuesta arriba para el gobernante.

Al estar definidas de antemano las candidaturas, en las primarias no hubo competencia interna y los votos conseguidos por los aspirantes se consideran como una encuesta a escala real, dos meses y medio antes de las elecciones generales, que incluyen la renovación parcial del Congreso.

La participación fue de 75% de los 34 millones de electores.

Juan Mabromata | Agence France Presse
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“Números duros”

La recesión, la inflación de 22% en el primer semestre, una de las más altas del mundo, y la pobreza que alcanza a 32% pesaron más que el rechazo a las denuncias por corrupción contra Cristina Fernández, con varias causas abiertas y un juicio en marcha.

“Los números de la economía real son muy duros”, dijo la analista Mariel Fornoni, al explicar el mal resultado de Macri.

Antes de esta vez, Alberto Fernández sólo se había postulado en una ocasión a una elección, en 2000 cuando ganó como legislador de la ciudad de Buenos Aires.

Su experiencia política más importante fue cuando se desempeñó como jefe de gabinete del ya fallecido expresidente Néstor Kirchner y luego de Cristina durante 2008, su primer año de gobierno.

Con ella rompió y se convirtió en feroz crítico, hasta la reconciliación diez años más tarde, cuando la exmandataria anunció que se postularía como su vicepresidenta.

Fue una fórmula sorprendente que permite sumar el caudal de votos que atrae Kirchner a la par que neutraliza el rechazo que provoca esta dirigente política, la más amada y la vez detestada en Argentina.

“Conmigo la grieta (la feroz división política de los argentinos) se terminó para siempre y la venganza también”, aseguró Fernández cuando supo los resultados.

Para el politólogo Sergio Berensztein, “esta apuesta del peronismo a una coalición más moderada fue acertada”.

Para ganar en la primera vuelta se necesita 45% de los votos o conseguir 40% y diez puntos de diferencia. Un eventual balotaje se realizaría el 24 de noviembre.

ARCHIVO | Agence France-Presse
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Economía a la expectativa

Justo antes de que se publicaran los primeros resultados, Macri reconoció su derrota.

“Hemos tenido una mala elección y eso nos obliga a partir de mañana (lunes) a redoblar los esfuerzos. Duele que no hayamos tenido todo el apoyo que esperábamos”, dijo el mandatario de 60 años en su búnker de campaña.

Con una economía frágil y volátil, los argentinos esperan ahora la reacción de los mercados, que favorecen la opción de Macri y desconfían de Fernández.

“Hace falta un acuerdo de gobernabilidad”, advirtió el politólogo Rosendo Fraga. “Los dos (candidatos) deben transmitir tranquilidad. He visto por parte de Fernández mensajes de conciliación”, destacó.

Debido a la crisis económica, el gobierno de Macri pactó un programa de ajuste con el Fondo Monetario Internacional por 56.000 millones de dólares. Los primeros vencimientos de ese préstamo están previstos para 2021.

“Todos somos responsables de que este país salga adelante”, resaltó Macri. “Es muy importante que todos sigamos dialogando. Si no tenemos un mensaje claro (hacia el exterior) para que nos puedan ayudar va a ser difícil”, alertó.