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Termoeléctricas cerradas, pero sin desmantelar: un miedo latente en las zonas de sacrificio

Termoeléctricas cerradas, pero sin desmantelar: un miedo latente en las zonas de sacrificio

Domingo 17 enero de 2021 | 07:00

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Edición Jaime Silva (BBCL)

El cierre de las termoeléctricas Bocamina 1 de Coronel y Ventanas 1 de Puchuncaví está lejos de tranquilizar a los vecinos en las zonas de sacrificio del Bío Bío y Valparaíso. Dicen que solo habrá calma cuando sean desmanteladas. Autoridades descartan que estén en operaciones y aseguran que sólo en el caso de la planta de la Quinta Región se mantendrá como reserva estratégica. “Seguiremos luchando”, dicen dirigentes sociales.

Hay 670 kilómetros por la Ruta 5 que separan a Coronel de Puchuncaví, entre las regiones del Bío Bío y Valparaíso. Eso implica diferencias en clima, frío y húmedo; cálido y seco, pero también hay muchas semejanzas más allá del lenguaje y de que son chilenos en zonas costeras, con buenas personas, que viven en las llamadas “Zonas de Sacrificio”.

Vaya nombre. Cómo vivir en el infierno, de día, de noche, invierno o verano, educado o sin educación, obeso o flaco, con plata o con bolsillos vacíos.

Por el lado de la comuna de la región de Valparaíso, el funcionamiento de 4 termoeléctricas, de las cuales una dejó de operar a fines de 2020 -Ventanas 1-, son reclamadas por los vecinos, y por el lado de la comuna de la región del Bío Bío, los cuestionamientos se centran también en plantas generadoras de electricidad a través de carbón, Bocamina 1, la única que cesó funciones a fines del año pasado, a la que se suma el funcionamiento aún de la unidad 2, además de una tercera perteneciente a Colbún.

BioBioChile reunió, a través de una videollamada, a dirigentes sociales de Coronel y el cordón Quintero-Puchuncaví para que compartieran sus experiencias, sin conocerse previamente, sobre lo que se percibe en ambas zonas de sacrificio, tras el cese de Ventanas 1 y de Bocamina 1, respectivamente.

Desconfían, declaran enfermedades respiratorias y a la piel, incluido cáncer, por haber estado expuestos a años de contaminación brutal, tanto que Coronel llegó a superar a Santiago.

En Coronel, hay estudios en niños de la presencia de metales pesados, demandas presentadas por vecinos y habitantes de Cerro Obligado, al frente de Bocamina 1 y 2, declaran que algunos de sus hijos están dentro de los afectados, también dicen que no creen que la planta uno haya dejado de operar, como parte de la estrategia de descarbonización anunciada por el Gobierno y que comenzó hace fines del año pasado.

Es más, en Coronel aseguran que por las noches la vuelven a encender…

En Quintero-Puchuncaví, pese al anunciado cierre de la unidad de Ventanas, también hay molestias por los efectos de su funcionamiento, más si hay centrales en operaciones.

La comunidad allí no quiere que las plantas queden como reserva estratégica, sino que sean desmanteladas para que no exista la tentación de volver a encenderlas y seguir afectándolos.

Pero, eso no será así.

Frente a frente

Ambas no se conocían, una ubicada en su costero departamento en Puchuncaví y la otra parada en medio de la maleza de un cerro en Coronel. Ambas, vecinas de termoeléctricas a carbón y enrabiadas por sufrir años los embates de la contaminación.

Esta semana, Katta Alonso y Juanita Hernández, dirigentas sociales de Puchuncaví y Coronel, respectivamente, hablaron vía Zoom, desde el exterior, desde terrenos aledaños a Ventanas y Bocamina, las termoeléctricas que convirtieron en zonas de sacrificio a sus comunas.

Parte de su conversación va así.

Katta Alonso: “Aquí la termoeléctrica más antigua tiene 56 años, tecnología obsoleta. El problema es que nosotros tenemos 4 termoeléctricas y el problema en la salud, sobre todo en los menores, según estudios de universidades, uno de cada 4 niños de Puchuncaví está naciendo con problemas, hasta de aprendizaje”.

“Es súper grave la problemática. Aquí, el cierre de Ventana 1 es solo un show mediático, ya que la de acá queda como reserva estratégica, la van a dejar por cinco años más, es una vergüenza”, agrega.

Juani Hernández: “Mi nombre es… soy Juani Hernández, soy representante de las familias y niños con metales pesados de Coronel. Nos agrupamos cuando el Estado de Chile hizo muestras dentro de la comuna y arrojaron que nuestros niños tenían metales pesados dentro del cuerpo”.

Captura videollamada Puchuncaví y Coronel

Katta Alonso: “¿El Estado les ha hecho seguimiento?”

Juani Hernández: “No, el Estado no se ha hecho responsable de nosotros, se ha lavado las manos y hemos quedado en abandono”.

Katta Alonso: “Aquí pasa lo mismo. Hubo una intoxicación en 2018 de niños y recién ahora el Estado está diciendo que va a tomar muestras a nuestros niños. No se sabe qué fue lo que pasó, la verdad que la negligencia es vergonzosa”.

Juani Hernández: “Exactamente”.

Katta Alonso: “Se atenta con todos nuestros derechos”.

Un estudio arrojó a mediados de 2019 que 10 niños de Coronel (de 807 muestras efectivas) contenían niveles de metales o metaloides sobre el valor de referencia establecido en las guías clínicas para exposición crónica del Minsal.

Nueve de estos niños -entre 1 y 4 años- resultaron también con valores sobre referencia en arsénico y el restante en níquel.

Juani Hernández: “Se nos vulnera a nosotros, a ustedes y a todas las zonas de sacrificio. Vivir en un ambiente libre de contaminación. Esa es la rabia que da, ellos vieron lo económico más que lo que vivimos en Coronel y Puchuncaví”.

Katta Alonso: “Tenemos que seguir luchando para lograr vivir normalmente y no seguir siendo los patios traseros de todo el país”.

Juani Hernández: “Eso somos, los patios traseros, somos como el patito feo, mientras se llevan la electricidad para otras partes y ni siquiera tenemos eso como beneficio. Tenemos enfermos de cáncer, pero ni siquiera tenemos oncólogos, tenemos que pedir hora a Concepción”.

El mensaje a 600 kilómetros

Experiencias similares a poco más de 600 kilómetros de distancia, pero hay matices, como por ejemplo que, en el Cerro Obligado de Coronel, la empresa Enel erradicó a varias familias y las trasladó a una villa cercana.

Juani Hernández: “Prometieron que en el cerro iban a construir un pulmón verde, que de pulmón no tenemos nada. Ratones, basura, delincuencia y Enel no se ha hecho responsable y -si es cierto que se desconectó Bocamina 1- para nosotros no es creíble porque en las noches la empresa sigue funcionando, en la noche emanan vapores. Mientras no se desmantele, para nosotros sigue funcionando”.

Katta Alonso: “Exactamente, por lo menos prometió desmantelar. Esperemos que el Estado le exija eso…”

Al termino de la conversación, el mensaje final entre ambas:

Juani Hernández: “Un gusto conocerla, saber que estamos dentro de lo mismo y seguir luchando, tratando de que tanto Puchuncaví como Coronel creemos conciencia a nivel nacional y que el Estado se haga responsable, ojalá que a futuro no existan más zonas de sacrificio”.

Katta Alonso: “Que sigamos luchando juntos, hay mucho por hacer, la unión hace la fuerza”.

En septiembre de 2019 se difundió un estudio de los laboratorios Barnafi Krause y Laboval. El análisis incluyó a 73 estudiantes de Quintero y Puchuncaví, y concluyó que si bien no presentaron niveles altos de arsénico y plomo, sí detectaron otros contaminantes como el talio y derivados de azufre.

Pese a ello, un informe posterior en la zona alertó del riesgo de cáncer que pesa sobre los niños de ambas localidades, debido a los altos niveles de cobre, arsénico, plomo y zinc.

Descartan funcionamiento

De acuerdo a información del Ministerio de Energía, el cierre de ambas centrales -Ventanas 1 y Bocamina 1- significan el retiro de 242 MW y la reducción de más de 705.000 toneladas de CO2, equivalentes a la salida de circulación de más de 277.000 vehículos.

El seremi de Energía de la región del Bío Bío, Mauricio Henríquez, aleja los fantasmas respecto de que Bocamina 1 funcione de noche.

“Lo hemos revisado, la central no está funcionando. Esos vapores que ven corresponden a Bocamina 2”, dice Henríquez.

“Bocamina 1 no esta operando, Bocamina 2 lo hace en la medida que el coordinador nacional lo llame, que es en la tarde-noche, pero esta cumple con la normativa de emisiones”, advierte el representante de gobierno en el Bío Bío.

Vecina de Cerro Obligado en Coronel observa central Bocamina.

Por su parte, para responder a los temores de Puchuncaví, la seremi de la misma cartera de la región de Valparaíso, Fernanda Pinochet, indica que “todo mi entendimiento con la gente de la zona. Sin embargo, lo objetivo es que Ventanas 1 se iba a cerrar el 2022 y Ventana 2 en 2024 -quedó para 2022-. Pero, se adelantó el cierre”.

“Esto está dentro del plan de descarbonización y en un trabajo permanente de cierre de termoeléctricas. Sobre lo del estado de reserva estratégico, es necesario porque poder adelantar el cierre de Ventanas 1, fue porque se hizo un trabajo importante con las energías renovables”, añade Pinochet.

El Ejecutivo adelantó en un año la salida de 6 centrales respecto de su cronograma original.

Así, al 2024 se contempla el retiro del 30% de la generación a carbón en Chile, con el cierre de 11 de las centrales que existen en Chile.

“La transición hacia una matriz energética más limpia y nuestro compromiso hacia la carbono neutralidad al 2050, es una tremenda oportunidad para mejorar la calidad de vida de los chilenos”, ha dicho el ministro de Energía Juan Carlos Jobet, durante el reciente cierre de centrales.

Según la cartera, Chile tiene proyectos de inversión en energías renovables en más de 28 mil millones de dólares que permitirán avanzar del 44% que representan estas energías actualmente a un 70% en 2030.

Empresas responden

“No es efectivo que la caldera -Bocamina 1- esté en funcionamiento”, dice en su respuesta a BBCL la empresa Enel, a cargo de las centrales Bocamina de Coronel.

Sobre la creación de un parque urbano en Cerro Obligado, la firma señala que desde 2016 han realizado varios intentos por cumplir con ese compromiso, pero “estas obras han sido constantemente vandalizadas por algunas personas, hasta con asaltos a los trabajadores de los contratistas, quedando la inversión realizada sin efecto y con impactos económicos importantes por parte de la empresa superiores al 25% del valor del parque”.

Sobre los plazos, Enel señala que, desde el 31 de diciembre del año pasado, Bocamina 1 no está disponible para el sistema eléctrico central, en tanto “Bocamina 2 se encontrará disponible de acuerdo a todas las exigencias y normativas dispuestas para su funcionamiento sólo hasta mayo de 2022”, finaliza la respuesta.

Por su parte, sobre el cese de Ventanas, con su paso a reserva estratégica, AES Gener destaca que “estarán disponibles como respaldo solo en caso de que exista una situación excepcional o una crisis energética que ponga en riesgo la seguridad y suficiencia del sistema, para lo cual podrían ser requeridas por el Coordinador Eléctrico Nacional (CEN)”.

Según sus propios análisis, las unidades de Ventanas suman una capacidad total de 322 MW, y “con su retiro se estarán reduciendo aproximadamente 2.000.000 de toneladas de CO2 equivalente a retirar de circulación más de 800 mil vehículos particulares de las calles chilenas”.

Katta y Juani dicen: “Ver para creer” y les sobran razones para ser desconfiadas. El pasado aún es presente y lo han pasado muy mal. No están dispuestas a más “cuchufletas” de la autoridad.

Ahora, sólo les resta vigilar de cerca que cumplan, porque el sufrimiento ya se extendió por décadas.

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