Bernardo Javalquinto, exgerente general de la quebrada aerolínea LAW (Latin American Wings), está en medio de una bochornosa disputa, luego de que a fines de octubre recién pasado anunciara su candidatura presidencial como independiente.
¿La razón? La agencia que lo asesoró precisamente para lanzar su postulación a La Moneda lo acusa de cortar relaciones sin haberle pagado casi 10 millones de pesos, adeudados por los servicios prestados por varias semanas. Esa, sin embargo, es la punta de una hebra mucho más extensa.
Hoy, Javalquinto está querellado en una investigación que lidera la Fiscalía de Alta Complejidad Oriente por una causa derivada de su paso por LAW, lo que se suma a una serie de variadas y llamativas denuncias que contrastan con su estilo de vida “estrafalario”, según declararía uno de sus acusadores.
Lo sindican -por ejemplo- como el responsable de apoderarse de la sede de una fundación para transformarla en su domicilio particular o -más recientemente- de apropiarse de un BMW que le facilitaron en una prueba previo a la compra.
Su abogado y el propio Javalquinto aseguran que jamás ha cometido ilícitos y que todo se trata de un intento por enlodar su nombre.
La sede
Bernardo Florencio Javalquinto Lagos nació en 1961 en Nueva York, Estados Unidos. Entre 1988 y 1992 trabajó en la sede de Washington del Banco Mundial, empleo que más tarde le serviría para escalar en diversos puestos de poder de Chile.
En octubre de 2008, por ejemplo, se convirtió en presidente de la fundación María Mohor Zummers, institución dedicada a preservar las obras de la pintora y escultora penquista del mismo nombre.
Según relataría más tarde la familia de la artista en una querella presentada en su contra, Javalquinto llegó a dicho puesto sólo en atención al extenso currículum exhibido, pese a que en el directorio no le conocían personalmente.
La relación no pudo terminar peor.
Al poco andar, a fines de noviembre de ese año, los miembros del directorio se encontraron con la sorpresa de que se les negó el acceso a la sede de la fundación, ubicada en Pedro Marín 2629 de Ñuñoa.
Según consta en la acción legal, Javalquinto había dado ordenes expresas de no dejar entrar a nadie ajeno a su entorno, pues -sin previo aviso- había convertido el inmueble en su domicilio y oficina personal.
La situación causó el estupor de los integrantes del directorio, quienes en lugar de llevar a cabo la cita que tenían presupuestada terminaron llamando a un notario que diera fe de lo ocurrido en el recinto, cuyas llaves le habían sido confiadas al momento de su unción como presidente, de acuerdo a lo consignado en la presentación ingresada ante el Octavo Juzgado de Garantía de Santiago.
De acuerdo a la misma, Javalquinto había cambiado incluso las chapas de las puertas para evitar ser incomodado en la residencia.
En contraste con lo denunciado, el exgerente general de LAW se defiende y asegura que todo se debió a una represalia de los miembros del directorio, luego de una auditoría.
“Encontré que había robo por parte de los directores y obviamente ellos se molestaron, dijeron que yo me había adueñado” de la sede, reclama en conversación con BioBioChile.
“Estaba todo en regla (…) Fueron sólo denuncias falsas de la señora que estaba a cargo de la fundación”, complementa Francisco Anabalón, abogado de Javalquinto.
Pese a haber sido presentada hace ya más de 10 años, la querella sigue en tramitación, según consta en el sistema virtual del Poder Judicial.
El viaje de Yunus
A la acción judicial recién referida, le siguió una segunda demanda presentada por la misma fundación en la que se acusa a Javalquinto y a uno de sus conocidos de quedarse con casi 5 millones de pesos.
El documento de 16 páginas, más allá de exponer los subterfugios que habría empleado el ex CEO de LAW para quedarse con el dinero, aporta detalles intrigantes de la personalidad de Javalquinto y ponen en duda el extenso currículum de quien se presentó como colaborador del Premio Nobel de la Paz y fundador del Banco Grameen, Muhammad Yunus.
De hecho, según cuentan, el estilo de vida “ostentoso y hasta estrafalario” de Javalquinto lo llevaron a anunciar que participaría junto a Yunus -de quien decía ser su representante en Chile- en una travesía organizada por la Armada a la Antártica, por invitación de la Cancillería.
Tan magno evento nunca se concretó, apuntan en el escrito, lo que a juicio de los demandantes correspondía a “otra de las mentiras” del exempleado del Banco Mundial.
“Él (Yunus) es básicamente mi mentor”, cuenta hoy Javalquinto.
“En Chile no hay ninguna persona que haya trabajado con un Premio Nobel de la Paz, de todas las autoridades que existen”, destaca.
Consultado por la relación con el condecorado banquero, asevera que él le encargó desarrollar el emprendimiento social en Latinoamérica e informarle respecto de los avances en la materia, aunque advierte que “no tiene una estructura jerárquica”.
“Él, si entra en confianza contigo, dice ‘haz esto’ y punto”, detalla.
Al igual que la querella anterior, ésta también se encuentra en tramitación, según el sistema digital del Poder Judicial.
De LAW a ¿Infinity Airlines?
En abril de 2018, Bernardo Javalquinto hizo gala una vez más de las conexiones que decía tener en el extranjero.
Su misión era compleja: salvar a la aerolínea LAW (Latin American Wings) de la caída libre que estaba viviendo en materia económica, luego de que la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) le suspendiera un mes antes la licencia para volar dentro y fuera de Chile.
En una entrevista concedida a La Tercera, Javalquinto contó que “accedió a hacerse cargo de la aerolínea debido a que una de sus hijas trabajó como auxiliar de vuelo”. Ella le habría referido “la serie de problemas que experimentaba la firma controlada por José Manuel Rebolledo, Mauricio Izquierdo y Andrés Dulcinelli”.
Para evitar el hundimiento de la compañía, –según otro artículo del mismo medio– Javalquinto “puso en marcha un plan de búsqueda de inversionistas extranjeros” dado sus “contactos de fondos interesados”, lo que “les permitiría pagar deudas y sostener sus operaciones”.
Pero… ninguno de los anuncios dio frutos: sólo un mes después la aerolínea terminó por sepultar su futuro, luego de que la DGAC diera un pasó más allá y revocara de forma permanente la autorización para que la firma creada en 2016 pudiera operar en Chile.
El infructuoso paso de Javalquinto por la alicaída empresa, sin embargo, traería consecuencias. Según pudo confirmar BioBioChile, existen al menos cuatro denuncias en su contra por apropiación indebida y por estafa, derivadas de su fugaz actuación como gerente general de LAW.
Consultados, desde el Ministerio Público indicaron que las indagatorias de estas acusaciones están agrupadas en una causa que lleva adelante la Fiscalía de Alta Complejidad Oriente, en la que Javalquinto aparece en calidad de querellado por apropiación de cotizaciones previsionales y declaraciones inexactas.
De acuerdo a lo señalado por el ente persecutor, la investigación se encuentra en proceso y aún no ha sido formalizada. Junto al candidato presidencial, también aparecen como querellados los otros representantes de la desaparecida aerolínea, José Manuel Rebolledo, Mauricio Izquierdo y Andrés Dulcinelli, entre otros.
Tras su paso por LAW, Javalquinto intentó buscar revancha con una nueva empresa, Infinity Airlines, proyecto que jamás llegó a materializarse.
Según explican desde la DGAC, en septiembre de 2019 recibieron -a través del Subdepartamento Transporte Público- la Carta de Intención de la aerolínea Infinity Airlines S.A. para iniciar el proceso de obtención del certificado de Operador Aéreo, tal como lo indica la normativa vigente.
Sin embargo, en mayo de 2019 -y a solicitud de la propia aerolínea- se canceló el proceso de certificación y desde entonces no han existido conversaciones formales para dar inicio a un nuevo proceso de obtención de los permisos, pese a que en entrevista con La Segunda aseveró que contaba con financiamiento canadiense, estadounidense y de Medio Oriente.
Actualmente, Infinity Airlines aparece en los motores de búsqueda como una aerolínea virtual española, dedicada a vuelos simulados.
La deuda y el BMW
El 2020 no ha estado exento de complicaciones para Javalquinto. Uno de los últimos líos judiciales lo vivió a mediados de este año, cuando se le acusó de apropiarse de un BMW avaluado en 15 millones de pesos.
De acuerdo a la denuncia, el candidato presidencial llegó hasta un taller mecánico en Isla de Maipo, donde se reunió con la contraparte que le vendería el vehículo modelo x5 3.0.
Según consta en el escrito que se hizo llegar a la Fiscalía de Talagante, este último le entregó el automóvil con la finalidad de probarlo antes de su adquisición, fijada por compromiso de palabra.
Sin embargo, Javalquinto sencillamente no devolvió el automóvil, pese a los reiterados llamados que nunca fueron contestados, acusan.
Al respecto existen versiones contradictorias entre Javalquinto y su abogado. El primero asegura que el vehículo fue devuelto más tarde, mientras que el segundo enfatiza que jamás se devolvió, porque no habían razones para hacerlo.
En lo que ambos concuerdan, eso sí, es que el automóvil le fue entregado al ex CEO de LAW en primera instancia en parte de pago, por una relación contractual con el dueño del BMW.
En ese orden de cosas, el asesor legal de Javalquinto sostiene que todo lo incluido en la denuncia es mentira, por lo que analizan querellarse por injurias contra el propietario.
“Lo estamos estudiando, pero no lo vamos a hacer ahora”, advierte.
La deuda
A este entuerto se suma lo ocurrido más recientemente con Sustenta Comunicaciones, la agencia que lanzó la campaña presidencial de Javalquinto a fines de octubre y que hoy le acusa de adeudarle casi 10 millones de pesos por los servicios prestados.
Según cuentan los socios de la firma y ahora denunciantes, cercanos de Javalquinto los contactaron con el objetivo de que presentaran una propuesta como community manager para un candidato presidencial hasta ese momento incógnito, sin que se les revelara que se trataba del ex CEO de LAW.
De acuerdo al relato de los acusadores, la presentación agradó, por lo que se les concedió una reunión con el misterioso candidato que resultó ser Javalquinto, en la que procedieron a firmar un contrato de confidencialidad para evitar que se conocieran sus intenciones presidenciales.
A fines de octubre se dieron cita por primera vez como equipo, trabajaron por una semana y lanzaron rápidamente el anuncio, lo que implicó que las labores fueran más allá de las que le correspondía a un community manager, algo que para Javalquinto -acusan- no era un problema.
“Acá hay plata, no se preocupen, hay millones de dólares que vienen de afuera”, les habría dicho el candidato según la agencia, para que extendieran sus tareas a otras que salían de lo originalmente pactado, entre ellas el posicionamiento de su imagen, fotografías, gráficas, contratación de empresas para clipping, catering para recibir a los medios de comunicación en el lanzamiento de la campaña, etcétera.
A partir de entonces, la historia se complica, pues si bien en Sustenta Comunicaciones reconocen que no se firmó contrato alguno por los servicios, acusan que existía un compromiso de palabra que simplemente no se respetó.
Al poco andar, la agencia requirió que se les cancelaran los dineros desembolsados para las actividades realizadas y la contratación de personal, pero -explican- se encontraron con excusas.
¿La más llamativa? Les habrían indicado que tenían complicaciones para ingresar el dinero que provenía desde el extranjero por su enorme cuantía.
Así las cosas, y ante las numerosas negativas, la relación se quebró y derechamente les habrían asegurado que no les pagarían nada.
A la salida de Sustenta Comunicaciones del equipo le siguieron otros colaboradores de Javalquinto. Consultadas tres fuentes que trabajaron en la campaña dan fe que existieron irregularidades en el pago por las asesorías.
“Puedo decir que varios proveedores están cobrando y no se les está pagando (…) El problema se ha ido multiplicando”, reconoce una fuente que participó de la campaña.
“Plata no había”, asegura otro de los excolaboradores de Javalquinto, quien sostiene que prefirió salirse porque no le gustó “esa forma de proceder”.
¿Quiénes serían los financistas de la campaña del ex CEO de LAW? “Grupos económicos de EEUU, a los cuales Bernardo tendría acceso”, relata uno de los consultados, algo que también sostiene Javalquinto.
“El dinero viene de varias fuentes, pero con las fiestas (de fin de año) se atrasa todo”, explica el candidato a La Moneda.
Y añade: “No se puede obligar a personas que quieren ayudar no sólo con financiamiento a la campaña, sino que también quieren invertir dinero para reactivar la economía, en temas ambientales y generar muchas fuentes laborales”.
Requeridos algunos nombres de sus benefactores (desconocidos hasta entonces, pues podían “causar envidia”, según dijo Javalquinto al The Clinic), menciona a Peter P. John, Richard Wiss y Mohammed S. Sad, sin entregar mayores detalles de quiénes son o qué labores desempeñan, salvo por este último, a quien se refiere como ministro de Energía y que correspondería en rigor a Mohammed Saleh Al Sada, titular de dicha cartera en Qatar.
Desde el otro lado de la vereda, Scarlet Ibarra, fundadora de la agencia Sustenta Comunicaciones, se lamenta por el dinero adeudado: “El trabajo que hicimos fue prolijo y responsable, de entrega máxima de todo un equipo”.
“Nunca nos había pasado algo así en este rubro. Javalquinto por su prontuario, interpreto que al lanzarse para llegar a ser presidente de Chile, no le importó nada. Utilizó nuestras capacidades profesionales por cero pesos”, confiesa.
“Realmente el fin justifica los medios para él (…) cero empatía y cero humanidad”, sentencia.
Entre todas las denuncias, desde 2009 a la fecha, Javalquinto acumula 14 causas en su contra por apropiación indebida, estafa, abuso de firma y usurpación, según el registro de fiscalía.
Carta aclaratoria de Bernardo Javalquinto
Posterior a la publicación de este reportaje hemos recibido carta aclaratoria del Sr. Bernardo Javalquinto, en relación a este artículo publicado en 2020, la que se reproduce a continuación:
Por intermedio de la presente quiero usar mi derecho a réplica aclarando una información entregada por BIOBIO.CL y que en el momento de me precandidatura presidencial salió publicada, y que toca los siguientes temas:
1.- Agencia de publicidad no pagada. Con relación a este tema la empresa de publicidad no cumplió con lo prometido y se le hizo un pago, pero ellos facturaron un monto mayor.
2.- Auto BMX, el vehículo se entregó al señor padilla a pesar de haber sido entregado en parte de pago.
3.- Fundación Mohor, se señala en la publicación que las querellas estaban vigentes, lo cual no es cierto, hace mucho rato están terminadas sin responsabilidad para mí.
4.- Yunus, la venida de Yunus estaba autorizada por el Ministerio de relaciones exteriores y la fuerza aérea no autorizo el viaje a la Antártida.
5.- Caso LAW, en la publicación se señala que yo fui objeto de querellas por estafa y apropiación indebida y nunca fui objeto de ninguna querella criminal.
Es todo cuanto quiero aclarar
Bernardo Javalquinto Lagos.
No obstante lo señalado en la carta aclaratoria del Sr. Javalquinto, BioBioChile explica a su audiencia:
Respecto del primer punto, este medio recogió una denuncia de una agencia de comunicaciones por irregularidades en los pagos por los servicios de parte del Sr. Javalquinto. Para confirmar dichas anomalías, BBCL recurrió a tres fuentes cercanas a la materia, además de los propios denunciantes, que conocieron de cerca el proceder y que ratificaron las complicaciones para pagar por los servicios pactados. “Puedo decir que varios proveedores están cobrando y no se les está pagando (…) El problema se ha ido multiplicando”, reconoció, por ejemplo, una fuente que participó de la campaña consultada para dicho artículo.
El artículo también hace mención a una denuncia en contra del Sr. Javalquinto por la apropiación de un automóvil marca BMW. Por estos hechos, el Sr. Javalquinto incluso fue formalizado ante el Juzgado de Garantía de Talagante por el delito de apropiación indebida (causa 7273-2020) y hasta el momento se ha negado su sobreseimiento definitivo, sin perjuicio de que pueda llegar a un acuerdo reparatorio con el denunciante. El propio Sr. Javalquinto reclamó como suyo el automóvil ante el 5º Juzgado Civil de Santiago y terminó condenado en costas por el tribunal, puesto que su demanda sencillamente carecía de fundamentos.
En cuanto a las denuncias de la Fundación Mohor, dos de ellas se encuentran actualmente en tramitación según consta en el sistema de causas del Poder Judicial. Otras dos se encuentran concluidas, pese a que la fundación insistió en la solicitud de diligencias que finalmente la fiscalía no practicó y en la responsabilidad del Sr. Javalquinto.
Sobre el viaje de Muhammad Yunus, lo mencionado por el Sr. Javalquinto en su carta aclaratoria no desvirtúa el hecho de que el viaje finalmente no se concretó, tal como estipula el reportaje aludido. Y nada aporta el Sr. Javalquinto referente a los dineros que le fueron entregados para la organización de dicho evento.
Finalmente, respecto de los problemas judiciales en contra del Sr. Javalquinto derivados de su paso por la aerolínea LAW, basta una somera revisión al sistema de causas del Poder Judicial para comprobar lo señalado en el artículo. Solo en el Cuarto Juzgado de Garantía de Santiago se cuentan 10 registros, de las cuales al menos cuatro aún se encuentra en tramitación.