Para él es su prueba más querida y donde se siente más cómodo: el piloto francés Sébastien Ogier aspira a una séptima victoria en el Rally de Montecarlo, que de jueves a domingo abre una nueva temporada del Mundial (WRC), donde el vigente campeón vuelve a Citroën.

Ogier disputa este rally por lugares que conoce muy bien, ya que se disputa entre su ciudad natal del sur de Francia, Gap, y el Principado de Mónaco.

El seis veces campeón mundial está acostumbrado a subir a lo más alto del podio en esta cita, cinco veces en el WRC desde 2014 y en una ocasión en la categoría Intercontinental Rally Challenge (IRC), en 2009. Antes de él, ningún piloto había conseguido imponerse en la prueba más antigua del calendario más de cuatro veces consecutivas.

Una séptima victoria de Ogier en Montecarlo le situaría a la altura de su compatriota Sébastien Loeb. El que fuera nueve veces campeón mundial de rallies, que este año planea disputar seis citas del WRC con Hyundai, estará presente este fin de semana para defender su récord.

Ogier ha demostrado en ocasiones anteriores que sabe perfectamente cómo debe correr este rally, eligiendo bien los neumáticos para adaptarse a las condiciones de adherencia que no dejan de cambiar en la parte montañosa, donde puede haber hielo y nieve.

Pero este año, Ogier y su copiloto Julien Ingrassia tienen un obstáculo añadido: Montecarlo es la primera prueba que disputan al volante del C3 que han heredado a su regreso a Citroën, el equipo de sus inicios.

Emular a Kankkunen

El rendimiento de Citroën, cuarto y último desde que volvió al Mundial en 2017, todavía deja que desear y su potencial para este 2019 es una incógnita.

Ogier ya demostró en el pasado que era capaz de hacer valer su talento a pesar de no tener el mejor coche. Se impuso en los dos últimos años con vehículos de entre los más débiles entre los favoritos y se impuso en Mónaco en 2017 con un Ford que conocía entonces incluso menos bien que el C3 ahora.

“El contexto de diferente. Todos los otros tenían nuevos coches. Ahora, en relación a nuestros rivales por el campeonato, somos los únicos en cambiar realmente de material, pero no soy de los que se hacen demasiadas preguntas. Voy a salir con lo que tengo y confiar en mis sensaciones, como siempre”, afirmó.

“Si son buenas, atacaremos lo más posible desde que se pueda. Si no lo son, puede que tengamos que ser un poco más inteligentes. Un Mundial se gana también con la regularidad”, recuerda Ogier, que quiere convertirse en el segundo piloto, después del finlandés Juha Kankkunen, en ser campeón con tres constructores diferentes.

Es precisamente gracias a la regularidad que pudo coronarse con la modesta escudería M-Sport. En 2018 fue en el último rally: sus rivales Thierry Neuville (Hyundai) y el estonio Ott Tänak (Toyota), otros favoritos de 2019, tropezaron entonces y él aguantó el paso hasta el final.

Las dieciséis especiales de este primer rally de la temporada servirán para recorrer 323,83 kilómetros cronometrados. Las dos primeras, cerca de Gap, se disputan el jueves y son inéditas, mientras que el viernes contará con al menos 125 kilómetros de especiales.

El sábado y el domingo, cuando se decidirá la suerte del rally, tomarán itinerarios más familiares entre Gap y Mónaco.