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Fiscalía investiga tráfico de arte que vincula a representante de Christie’s en Chile

Fiscalía investiga tráfico de arte que vincula a representante de Christie’s en Chile

Miércoles 20 junio de 2018 | 04:00

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Agence France-Presse
El Ministerio Público Centro Norte incautó hace pocos días el notebook de la reconocida martillera nacional, Denise Ratinoff Kramarenko, para determinar si hubo colusión con la multinacional para sacar del país la obra del holandés Salomón Koninck -pintada en 1639- saltándose la legislación nacional. La dueña del cuadro, Renate Stein Von Unger, presentó una querella ante el Séptimo Juzgado de Garantía de Santiago. En ella argumentó que su padre adquirió la obra en Alemania en 1952 al experto en arte Walter Andreas Hofer, sindicado como uno de los asesores de German Göering, lugarteniente de Hitler. El Ministerio de Cultura y el Servicio Nacional de Aduanas, presentaron sendas denuncias a la fiscalía, por la supuesta falsificación de documentos que permitieron la salida del cuadro con destino a Nueva York, a una subasta que nunca se realizó.

Un cuadro pintado por el holandés Salomón Koninck en 1639, pasó empaquetado por el Servicio Nacional de Aduanas del Aeropuerto Arturo Merino Benítez, el pasado 28 de noviembre de 2017.

Los funcionarios del organismo revisaron la documentación adjunta y estimaron que todo estaba en regla. Así, el paquete viajó tranquilamente en Lan Airlines, con el rótulo 7996615-0 estampado en el Documento Único de Salida.

La obra de este contemporáneo de Rembrandt y pintada en madera de Sauco, tenía como destino Nueva York, donde sería subastado en la casa Christie’s.

Su dueña, la chilena Renate Stein Von Unger, estaba contenta, porque obtendría entre 40 a 60 mil dólares cuando se rematara en abril de 2018 en la gran manzana.

Quien la convenció de vender la obra, fue la representante de Christie’s para Chile, Perú y Ecuador, Denise Ratinoff Kramarenko, una reconocida martillera de arte y socialité del rubro local.

Cuadro del holandés Salomón Koninck de 1639.
Cuadro del holandés Salomón Koninck de 1639.

Lo que parecía una transacción más con la multinacional -que mantiene sedes en Europa, Asia y Estados Unidos- se convertiría en un dolor de cabeza para Stein Von Unger. Y esto, porque Christie’s le informó -meses más tarde que el cuadro llegara a Nueva York- que pertenecía al coleccionista Adolphe Scholoss, un judío nacido en Alemania. Y a renglón seguido, que existían sospechas que fuera parte del expolio nazi de los años posteriores a la invasión de París en 1940.

La información aparece en la querella que la afectada interpuso en el Séptimo Juzgado de Garantía de Santiago, patrocinada por los abogados Jorge Martínez y Catalina Erbs y que busca recuperar la obra y que revela la Unidad de Investigación de Radio Bío Bío. (Lea la querella aquí)

La martillera Denise Ratinoff Kramarenko. (Gentileza, Dibam)
La martillera Denise Ratinoff Kramarenko. (Gentileza, Dibam)

La acción legal detalla que hubo actos ilícitos cometidos en Chile para enviarla a Estados Unidos. Entre ellos la falsificación de documentos públicos, suplantación de identidad, lo que constituiría la comisión de una estafa por parte de Ratinoff Kramarenko. Agrega también el escrito, que otros empleados de la firma Christie’s habrían viajado anteriormente al país para realizar una evaluación del cuadro, con el fin de simular que sería rematado, sabiendo que podía constituir un botín de guerra nazi y que no sería devuelto a su dueña.

El libelo derivó en una investigación desformalizada en el Ministerio Público Centro Norte, donde se han realizado una serie de diligencias. Entre ellas la incautación del computador de Ratinoff Kramarenko, en su residencia de la zona oriente, solicitada por el fiscal (s) Francisco Tolosa. (Lea la presentación de la fiscalía)

El objetivo de la pesquisa es acceder a las comunicaciones digitales de la martillera y determinar si hubo colusión con Christie’s, con el fin de obtener una comisión solo por encontrar la obra de Koninck.

Locuacidad

Stein Von Unger heredó la pintura de su padre, el empresario Guillermo Stein Morig llamada “Der Gelehrte”, “Alter Mann “ o “Alter Gelehrter”.

Como consta en la indagatoria que sustancia el Ministerio Público, su progenitor adquirió el cuadro en 1952, en München, Alemania, a la colección privada de Walter Andreas Hofer -un experto en arte holandés- llegando a Chile el mismo año. En la causa, de hecho, consta un documento que da cuenta de la veracidad de la obra. (Vea el documento aquí)

Walter Andreas Hofer, en todo caso, aparece en distintas páginas de internet, como uno de los expoliadores del régimen nazi en materia de arte, en especial con German Göering, el lugarteniente de Hitler. Sin embargo, en ninguna de las presentaciones judiciales, ni menos la del Ministerio Público, se hace mención a este punto.

La historia detrás del envío del cuadro al país del norte, se inició el septiembre de 2017.

La martillera tomó contacto con Von Unger, quien le había vendido una serie de joyas en el pasado, heredadas de su madre.

Ratinoff Kramarenko, según la acción legal, “la contactó de manera insistente para que vendiera la obra (…) en una subasta pública en Nueva York a través de Christie’s”. Si no se vendía, la obra regresaría a Chile.

“Fue muy persuasiva (…) en señalar que había un gran interés en adquirir ese tipo de arte holandés del siglo XVII en los Estados Unidos, y que era el momento indicado para vender la obra y sacar el mejor precio posible. Finalmente su modo locuaz y su insistencia en esta oportunidad convenció a Renate (Von Unger) para hacer negocios con ella”, se lee en la presentación.

Todo parecía caminar con normalidad, ya que el 27 de septiembre de 2017, la empleada de Christie’s Jessica Uldry, le dio la bienvenida a la firma -via e-mail- le entregó su número de cliente y un borrador del contrato.

A los pocos días, Ratinoff Kramarenko llegó a la casa de la víctima, quien firmó el contrato. La copia se la enviaría por correo días más tarde, señala la querella, mas nunca ocurrió, pese a insistir en ello.

Lo que vendría después, da cuenta el libelo, sería una seguidilla de ilícitos donde habrían sido engañados el Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA) y el Servicio Nacional de Aduanas (SNA). Ambas entidades ya presentaron sendas denuncias al Ministerio Público y se espera que lo propio haga el Consejo de Defensa del Estado (CDE). (Vea la denuncia del SNA aquí)

Algo no cuadra

Sacar una obra de arte desde Chile, exige una serie de trámites. Entre ellos se requiere la revisión del cuadro por parte de MNBA que define si es de carácter patrimonial o bien se puede vender en el extranjero.

Se sabe hasta ahora que el director del MNBA, Roberto Farriol, el único autorizado para dar un visto bueno, no firmó el documento, sino su segunda al mando, la especialista en arte Marta Agusti Orellana, quien recientemente jubiló.

“Esto implica que dicha certificación es (…) falsa, cuyo uso es el medio material a través del cual se entrega información falsa al Servicio Nacional de Aduanas, logrando sacar fraudulentamente de Chile una obra de arte con la modalidad de temporal, cuando en realidad siempre fue una salida definitiva (…) lo que podría constituir un contrabando (…), señala la acción legal.

El Servicio Nacional del Patrimonio Cultural, dependiente del ministerio del ramo, coincidió con el criterio de los querellantes sobre la posible falsedad del certificado, en una denuncia presentada el 5 de junio pasado al fiscal regional Centro Norte, Xavier Armendáriz. (Lea la denuncia aquí)

“Hemos podido constatar que este no fue válidamente emitido por nuestro servicio, ya que la firma en el documento sobre el nombre del director del Museo de Bellas Artes , no es reconocida por este último como propia”, señala la presentación.

Por ahora, la fiscalía espera el peritaje al notebook de Ratinoff Kramarenko que realiza la PDI. Asimismo, prepararía diligencias para solicitar información a Christie’s en Estados Unidos a través de la Unidad de Cooperación Internacional del Ministerio Público.

Consultado el abogado Jorge Martínez, explicó que “los hechos son de la mayor gravedad ya que Denise Ratinoff (…) engañó a su clienta, al Museo de Bellas Artes y al Servicio Nacional de Aduanas para sustraer de Chile una obra de arte burlando el sistema legal.”

Este medio quiso conocer la opinión de Álvaro Carreño, el abogado Christie’s, quien indicó que por el momento no haría comentarios sobre el particular.

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