El Servicio Nacional de Aduanas (Sernad) investiga cuántas obras de arte ha sacado desde Chile la multinacional Christie’s y verificar si la documentación usada para ello es legal o falsificada.

De acuerdo a la información recabada por la Unidad de Investigación de Radio Bío Bío, la autoridad busca en los embarques que ha realizado Christie’s hacia el extranjero con la empresa de transportes Blitzen, en cuya página web aseguran ser los preferidos de las “galerías de arte, museos, anticuarios, casas de subastas (…) quienes nos confían el cuidado y manejo de su legado cultural”.

La decisión de Aduanas, se enmarca en una indagatoria que sustancia la Fiscalía Centro Norte y que vincula a la representante de Christie’s en el país, la martillera Denise Ratinoff Kramarenko.

Tal como lo informó este medio el pasado 20 junio, Ratinoff Kramarenko está en la mira del Ministerio Público, debido a que en noviembre de 2017 sacó de Chile con documentación presumiblemente irregular, un cuadro pintado por el holandés Salomón Koninck en 1639, llamado “Der Gelehrte” (El erudito). La obra, perteneciente a Renate Stein Von Unger -quien la heredó de su padre- sería subastada en abril pasado en Nueva York, por un monto superior a los 40 mil dólares. De hecho se le había asignado un rol de aceptación enviado por correo electrónico.

De acuerdo a lo indagado por al fiscalía, Ratinoff Kramarenko habría sabido -al menos desde septiembre de 2017- que la obra era parte del expolio que los nazis realizaron en París durante la Segunda Guerra Mundial. Se sospecha que la martillera dio cuenta del hecho a la multinacional y aún así el cuadro fue enviado al país del norte en la fecha señalada. Por ello, cuando arribó a suelo estadounidense, Christie’s aplicó los protocolos para objetos con historial de botín de guerra y acto seguido paralizó la venta de la pintura, informándole a su dueña después de varios meses de la situación.

La afectada, patrocinada por el abogado Jorge Martínez y la abogada Catalina Erbs, presentó una querella ante el Séptimo Juzgado de Garantía de Santiago, por los delitos de estafa, apropiación indebida y falsificación de instrumento público, apuntando a la responsabilidad de la martillera y por extensión a funcionarios estatales. (Lea la querella)

Martínez fue consultado en su oportunidad respecto al alcance del caso e indicó que “los hechos son de la mayor gravedad ya que Denise Ratinoff, engañó a su clienta (…) para sustraer de Chile una obra de arte burlando el sistema legal”.

Actualmente, el Sernad y la Dirección de Bibliotecas Archivos y Museos (Dibam) son parte en la indagatoria que lleva la fiscalía, a través de la presentación de sendas denuncias penales. Y esto, porque la documentación emitida por el Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA), obligatorios para que una obra abandone el país -temporal o definitivamente- fueron firmados por una funcionaria que estaba impedida de hacerlo. Este mecanismo se habría repetido en otras oportunidades, según supo este medio.

Con los antecedentes que ha reunido el fiscal Marcelo Cabrera, en conjunto con la PDI, recientemente el tribunal de garantía autorizó la incautación del notebook de Ratinoff Kramarenko. El aparato fue enviado al Laboratorio de Criminalística de la policía civil (Lacrim), para extraer correos electrónicos, archivos y documentos de cualquier especie que podrían abrir una Caja de Pandora en el mundo de la venta y compra de arte en Chile. En particular el de alto valor comercial, cultural y patrimonial, al que tienen acceso solo unos pocos. (Lea la presentación de la fiscalía)

Este medio requirió una versión al Servicio Nacional de Aduanas, pero hasta el cierre de esta edición no envió su versión.

Redactor en las sombras

El pasado 22 de junio a las 16:30, una persona ingresó a la sucursal de Correos de Chile, ubicada en el Parque Arauco. Llegó a la ventanilla, pagó 1.160 pesos y por la máquina codificadora ingresó una “carta certificada”. El destinatario era el fiscal regional Centro Norte, Xavier Armendáriz.

El número de serie quedó impreso en el sobre y siguió su curso. Tres días más tarde, la oficina de partes del Ministerio Público le puso el timbre que la rotulaba como recibida.

El contenido de la misiva, escrita en computadora e impresa con letras negras, da cuenta que el remitente conoce el mundo de la compra y venta de arte en Chile.

En ella pueden leerse una serie de imputaciones hacia Ratinoff Kramarenko, respecto a su actuar como representante de Christie’s y los mecanismos que habría usado para sacar obras patrimoniales del país por millones de dólares.

En consonancia a lo acreditado por el Ministerio Público, el anónimo señala que para ejecutar este tipo de actuaciones irregulares, en los documentos que permiten embarcar una obra de arte con destino al extranjero, siempre se escriben precios irrisorios, en vez de su verdadero valor comercial y patrimonial, lo que habría permitido a Ratinoff Kramarenko burlar los controles aduaneros.

La carta -a la que accedió Radio Bío Bío- fue ingresada de inmediato a la carpeta de investigación, ya que la fiscalía está obligada a indagar cualquier hecho que revista caracteres de delito. A continuación, se ordenó a la PDI revisar las cámaras del Parque Arauco para encontrar al misterioso denunciante. Si es identificado, deberá prestar declaración.

Este último, cuya identidad aún se desconoce, escribió: “Les ruego por favor mantener esta carta confidencial y destruirla una vez que se lea (…). Solo hago esto para ayudar y orientarlos (…) Por supuesto que el remitente y la dirección son inventados. Mucha suerte en su investigación”.

“Un humilde colaborador”, escribió para despedirse.

Este medio consultó al estudio Carey y Compañía, patrocinante de Ratinoff Kramarenko, que envió el siguiente comunicado: “Como una de las casas de subastas más reputadas del mundo, Christie’s se esfuerza por dar total cumplimiento a todas las regulaciones locales e internacionales. Es importante dejar claro que es la propia consignataria de la obra de arte que se pretende rematar, quien la envía directamente fuera del país. En este caso, la Sra Stein contactó directamente a la empresa de courier para que transportara su obra a Nueva York, seleccionándola entre varios otros proveedores que prestan dicho servicio, y como tal, es responsable por la información que ella incluyó en la declaración de Aduanas, incluyendo el permiso que ahora cuestiona, pero que tuvo en su poder y a la vista días antes de entregarlo personalmente a la empresa de transporte en su propio domicilio.