ESPECIAL COPA DEL MUNDO RUSIA 2018
Domingo 03 junio de 2018, a las 10:05
"Pickles", el perro que salvó a Inglaterra al encontrar la Copa del Mundo robada en 1966
Por: Felipe Santibañez .
Captura BBC / Creative News Youtube
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Faltaban cuatro meses para que arrancara el Mundial de Inglaterra 1966 y el comité organizador decidió que el trofeo Jules Rimet recorriera todo el país para aumentar el fervor mundialista. El 20 de marzo estaba en Londres y alguien atento a un descuido de los guardias entró en el Westminster Central Hall como una sombra silente y osada. La Copa le llamó tanto la atención que desechó unas estampillas de colección que valían mucho más. El rumor no tardó en esparcirse por todo el Reino Unido y el mundo. Los diarios se preguntaban cómo a la mejor policía del mundo le habían robado. “Nos dijeron que se habían tomado las medidas de seguridad más estrictas. Pero fallaron”, decía un reportero de la BBC. Los impertérritos hombres de Scotland Yard cruzaban miradas nerviosas.

El jefe de seguridad del Westminster Central Hall, con frases cortas y acogotado por la angustia, pedía clemencia ante las preguntas de los periodistas. “Siento decirles que en este momento, no puedo darles ninguna declaración”, les comentó. “Les pido que tengan en cuenta la enorme presión bajo la que me encuentro. Apenas tenga la oportunidad de tratar de entender qué pasó, hablaré con ustedes y les diré todo lo que pueda”, agregó antes de irse.

No había pistas y las miradas enjuiciadoras del mundo estaban sobre Scotland Yard. Un día, recibieron el llamado de un hombre que aseguraba tener la copa en su poder. Pedía 15 mil libras a cambio. Rápidamente trazaron un plan: pagar el rescate y detener al ladrón cuando fuese a recogerlo. Pero los detectives, aguijoneados por el tic tac del reloj, se apresuraron y arrestaron antes de tiempo a la persona que iba por el dinero. El supuesto ladrón dijo que solo era un intermediario y que no sabía dónde estaba la copa Jules Rimet.

Ajeno a esa presión, David Corbett salió a pasear a su perro en Beulah Hill, South Norwood, en el sur de Londres. Había escuchado del robo, por supuesto, pero esos eran eventos excepcionales que nada tenían que ver con una vida tan ordinaria como la suya. “Pickles”, un perro collie blanco con manchas negras en los ojos y en las orejas, recorría el barrio husmeando todo. Sin embargo, algo le llamó la atención al perrito y se alejó varios metros del camino que usualmente seguía. Para que no se le arrancara de nuevo, Corbett se acercó a ponerle la correa.

“Salió de la casa y se fue derecho a donde estaba el auto de mi vecino. No dejaba de olfatear así que cuando fui a ponerle la correa, me fijé y vi en el piso un paquete muy cuidadosamente empacado”, recordó el hombre en una entrevista concedida a la BBC.

David empezó a remover las capas de papel de diario que cubrían el objeto y asomó un brillo dorado junto a los nombres de Brasil, Alemania Occidental, Italia. Se sobresaltó. Tenían en sus manos la Copa del Mundo.

Acelerado, se subió al auto y partió a la estación de policía más cercana. Llegó con chancletas, abrió la puerta y clavó la mirada en un sargento detrás de su escritorio: “¡Creo que encontré la copa del Mundo!”.

La Copa Jules Rimet / Agence France-Presse
La Copa Jules Rimet / Agence France-Presse

Al cabo de un rato, llegó el jefe de la estación y lo mandó a Scotland Yard. “De repente caí en cuenta de que yo era el sospechoso número 1”, recuerdo Corbett.

La historia no tenía mucho sentido, parecía el cuento de un arrepentido de último hora. Tuvo que pasar por varias interrogaciones antes de que lo dejaran ir. “Me convertí en un testigo, cuando procesaron a los que se la habían robado”, declaró Corbett.

Pasaron los días, y el club nacional de deportes honró a “Pickles” y a su amo con una recompensa de seis mil libras y una medalla de honor. El perro miraba incrédulo a los camarógrafos mientras lo condecoraban. Ya le iba a llegar un premio especial: un pavo, alimento por un año y lo dejaron lamer los platos al terminar el banquete inaugural del torneo. Para Corbett la mayor alegría llegó cuando Inglaterra se coronó con un polémico gol en la final contra los alemanes.

“Después del partido, nos invitaron a la recepción en Londres. El equipo estaba en un enorme balcón y abajo la calle estaba repleta de gente. Bobby Moore (el capitán) levantó a ‘Pickles’ y se lo mostró a la multitud. Fue muy emocionante para mí, y pienso que también para todo el país”.

Al año siguiente, “Pickles” murió ahorcado por su propia correa cuando intentaba perseguir a un gato. En 2006 su historia fue ficcionada para un programa de televisión.

David enterró al perro en su casa, la que pudo comprar, en parte, gracias al surrealista hallazgo de su mascota. “Fue gracias a ‘Pickles’ que cambió mi vida. Me ayudó a comprar mi casa. Está enterrado en el jardín y, en las agradables noches de verano, salgo con una copa de vino, hablo con él y digo: ‘¡Salud, Pickles, y gracias!”.

David Corbett y su perro Pickles / Agence France-Presse
David Corbett y su perro Pickles / Agence France-Presse

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