Pese a que aún no suma minutos con la selección chilena de fútbol, la portera Ryann Torrero ya es una más del grupo que se encuentra disputando el Mundial Femenino de Francia 2019.

Su llegada llamó la atención de grandes y chicos desde el minuto uno, siendo varios los que se pronunciaron y dijeron que querían conocer la verdadera historia de la muchacha que, además de ser arquera, es modelo de una reconocida agencia deportiva.

Y fue bajo ese contexto que la golera tuvo un mano a mano con el sitio oficial de la Copa del Mundo Femenina, oportunidad en la que si bien se refirió al proceso que actualmente está viviendo con la Selección Chilena, también contó detalles desconocidos de su vida.

Uno de ellos, y tal vez el más impactante, es el que tiene relación con el brutal accidente automovilístico que Torrero sufrió en el año 2016, el cual no solo le dejó graves lesiones corporales, sino que ademas un traumático proceso legal.

“El accidente puso toda mi carrera en pausa. Tuve heridas en la espalda y ambas caderas. Pensé que nunca volvería a jugar fútbol. Sentí que no tenía dirección. Me habían quitado el trabajo de toda mi vida”, partió indicando Ryann Torrero, en conversación con la FIFA.

Sobre la misma línea, la golera chilena-norteamericana agregó que “el modelaje fue una búsqueda de una segunda carrera para mí en el momento más bajo de mi vida. Me dio lo que necesitaba para mantener una mirada positiva”.

Luego de esto, la deportista que nació y creció en tierras estadounidenses se refirió al actual momento que vive la selección nacional en Francia 2019, la cual enfrentará este domingo, desde las 12:00 horas de nuestro país, a la potente escuadra de Estados Unidos.

“Estados Unidos juega a un ritmo muy rápido, muy ofensivamente, defienden atacando, así es que será un desafío. Creo que con disciplina, y con un alto nivel de enfoque y consistencia, Chile puede manejarlo”, añadió la arquera respecto del próximo rival.

Concluyendo su entrevista con que “cuando escuché los himnos, creo que la palabra que aparece es gratitud. Realmente pensé que no jugaría nunca más, pero el fútbol me trajo de vuelta a la vida. Oír ambos himnos, teniendo a mi mamá y mi papá en las gradas, que son la mezcla de la identidad chileno-americana”.