Fátima: como la virgen que veneran los mexicanos y a la que encomiendan a sus hijos a diario.

Es el nombre que retumba en la mente y corazón de una sociedad, que aún no se recuperaba del brutal femicidio contra Ingrid Escamilla, de 25 años, pero se enteró de un nuevo y estremecedor acto contra una indefensa niña. Son dos trágicos sucesos ocurridos la semana pasada.

Los recientes registros que han sido compartidos por medios locales como El Universal, muestran las últimas horas de Fátima Cecilia Aldrighett Anton el pasado 11 de febrero.

Captada por videovigilancia, aparece de la mano de una extraña. Su madre se retrasó para buscarla a la salida de la escuela Enrique Rébsamen, en la colonia Santiago Tulyehualco, comuna de Xochimilco, famosa por sus embarcaciones y un navegable pintoresco. Esta vez todo es gris. El femicidio de Fátima lo destiñó todo.

La mujer, por la que ofrecen recompensa por información de su paradero, inició el suplicio de una familia. A la niña la entregaron sin mayor verificación en su establecimiento educativo. Vestía el uniforme escolar.

En las imágenes puede observarse a una patrulla policial de la capital mexicana, cerca de Fátima y su captora.

Lo que vino después fue toda una tragedia para los familiares de la menor de edad y también para una sociedad que no se explica cómo alguien pudo causar semejante daño a una niña de 7 años.

tjnoticias / México
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Su cuerpo apareció el pasado sábado en la localidad de Tláhuac, desnudo, con signos de tortura.

Estaba en una bolsa que fue abandonada en un terreno baldío de la referida colonia. Los golpes sugieren un enorme sufrimiento de la niña quien, según los primeros reportes periodísticos, fue violada. Sin embargo, fue descartado en las últimas horas.

María Magdalena, madre de Fátima, acusó a un sujeto que identificó como Alan Herrera, de ser el femicida de su hija. Aseguró ante los medios que es responsable de otros asesinatos, incluido el de su hermana Claudia Verónica Anton y el de su cuñado, Armando Serrano.

En las afueras de la morgue, exigió justicia, asegurando que el asesino de su hija le pintó las uñas a la menor, presuntamente antes de quitarle la vida.

“No necesito raparme pelona y ponerme pintadas las uñas de color vino cereza, como él se las pintó a mi inocente criatura, ¡eh!, como se las ha pintado a muchas mujeres más, y si ustedes van a apoyar (medios de comunicación), espero que él reciba su merecido, ¿ok?, que pague por lo que hizo”.

La jefa de Gobierno de Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, intentó abordar a María Magdalena pero esta se negó a hablar con la funcionaria, según publicó Infobae.

Antes de tales revelaciones, estudiantes de la escuela de Fátima se mostraban tan confundidos como afectados por lo sucedido a su compañera.

Salieron a las calles con carteles en mano a repudiar el crimen. A esa edad debían estar haciendo la tarea. Sin embargo, el suceso los ha llevado, a su corta edad, a condenar con toda su inocencia un caso impactante.

La Verdad / México
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Los “hashtag” condenando los femicidios de Fátima e Ingrid

La condena es enorme. Dos femicidios con características impresionantes a la hora de ser ejecutados.

La semana pasada, el hashtag #IngridEscamilla se apoderó del ciberespacio mexicano e internacional, siendo tendencia en varios países como El Salvador, hasta donde llegó la historia de la joven de 25 años, asesinada por su pareja de 46, Erick Francisco.

El sujeto la apuñaló en repetidas ocasiones y removió partes de su piel en varias zonas del cuerpo. A la indignación de este femicidio se sumó la filtración de imágenes de la escena del crimen, presuntamente por parte de algunos fiscales y policías que trabajaban en el lugar.

Ingrid Escamilla / Archivo BioBioChile
Ingrid Escamilla / Archivo BioBioChile

Por si fuera poco, algunos medios sensacionalistas locales difundieron las fotografías de la víctima y otorgaron titulares con tal descriterio, entre estos: “Descarnada” o “La culpa la tuvo cupido”, en referencia a que el femicidio fue cometido por la pareja de Ingrid, cerca del día de San Valentín.

De ahí en adelante, varios movimientos para condenar el asesinato y la filtración de imágenes. En el caso de Ingrid, la comunidad tuitera local e internacional se propuso publicar fotos con hermosas escenas, colocando el hashtag con el nombre de la víctima para contrarrestar el impacto de lo publicado.

Las protestas lideradas por grupos feministas fueron la otra respuesta en las calles. Cientos salieron en Ciudad de México y otras ciudades de esa república a condenar todo lo ocurrido en torno al caso.

En otra de las convocatorias, incendiaron un vehículo del periódico La Prensa, que brindó uno de los infames titulares para informar el femicidio de Ingrid.

El caso de Fátima también se condena en ‘hashtags’. #JusticiaParaFátima es el otro que se une a los que circulaban en memoria de Escamilla.

Vecinos de la niña han salido a las calles para condenar la forma en que fue asesinada. Hasta el momento no hay capturados por el suceso. La indignación y la protesta están siendo armas para presionar al gobierno de AMLO, quien salió la semana pasada a reconocer que el femicidio afecta a la sociedad, pero sin mencionar a Ingrid.

Las críticas a la estrategia contra este flagelo, desde Los Pinos, persisten a medida que ocurren más casos.

En 2019 fueron asesinadas 4.000 mujeres a lo largo de la república mexicana. Solo 976 fueron clasificados como femicidios, según medios como BBC. 10 mujeres son asesinadas a diario en México.

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“En las reacciones ante este caso inciden varios factores acumulativos que van desde el incremento de los feminicidios en los últimos años en México a la incomodidad ante la falta de políticas públicas que ayuden de forma efectiva a combatir la violencia de género”.
- Lucía Lagunes, directora de la asociación civil Comunicación e Información de la Mujer AC (CIMAC)

AMLO: “Es una decadencia que tiene que ver con el modelo neoliberal”

Dada la conmoción que generó el femicidio de Fátima, el presidente López Obrador sí se refirió al caso, lamentando profundamente lo ocurrido. No obstante, sorprendió su teoría a la hora de valorar por qué las mujeres están muriendo a manos de femicidas.

“Yo creo, sostengo, que se cayó en una decadencia. Fue un proceso de degradación progresivo que tuvo que ver con el modelo neoliberal. Siempre he dicho que se mide el desempleo, el crecimiento económico, incluso el número de homicidios, pero no se mide el grado de descomposición social que produjo la política neoliberal. Hay una crisis profunda de pérdida de valores”, dijo el mandatario.

Una reportera lo cuestionó minutos después sobre el interés del ejecutivo mexicano para contrarrestar el grave problema.

El jefe de Estado respondió que todos los días durante una hora se reúne el gabinete de Seguridad para abordar el tema de los asesinatos, pero en general, no para una estrategia contra los femicidas.

De hecho, las estadísticas refutan por el momento los resultados de dichos encuentros. Las niñas como Fátima o las jóvenes como Ingrid, perdieron la batalla en una sociedad donde el machismo femicida está matando a las mujeres.