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Resumen generado con una herramienta de Inteligencia Artificial desarrollada por BioBioChile y revisado por el autor de este artículo.

Durante los Juegos de París, la presión policial ha logrado que grupos de carteristas de la capital francesa dejen de actuar, según afirmó la presidenta de la región de Isla de Francia, Valérie Pécresse. Con 80.000 cámaras de seguridad instaladas en la región, y un gran despliegue de 30.000-45.000 agentes durante los Juegos Olímpicos, se ha logrado disuadir a estos delincuentes. Las redes de carteristas, lideradas por grupos internacionales, suelen robar a turistas en el transporte público, llegando a obtener hasta 20.000 euros al día. A pesar de que estas redes son conocidas por las autoridades, suelen ser liberadas rápidamente y reinciden en sus actividades delictivas.

La presión policial durante los Juegos Olímpicos de París 2024 ha llevado a muchos grupos de carteristas de la capital francesa a dejar de actuar durante el periodo del evento, aseguró este martes la presidenta de la región de Isla de Francia, Valérie Pécresse.

En un encuentro con la prensa para mostrar las renovaciones y la forma de funcionamiento de los transportes públicos durante los JJ.OO. que comienzan oficialmente este viernes, Pécresse detalló también que se han instalado 80.000 cámaras de seguridad en la región que dirige y que congrega la mayoría de pruebas olímpicas.

“Me he reunido con la dirección de la policía de París y me ha confirmado que las redes de carteristas habían decidido actuar en otro lugar“, afirmó la presidenta de Isla de Francia.

La responsable regional atribuyó esa tendencia a los menores delitos menores al aumento de número de policías y gendarmes desplegados durante los Juegos, tasados en 30.000-45.000 en días importantes-, con el refuerzo de agentes extranjeros, y que ha servido para disuadir esta clase de delincuencia.

Según estadísticas oficiales, París cuenta con cerca de 9 personas robadas de cada 1.000 habitantes cada año por parte de los carteristas, que, en la capital francesa, están liderados por redes internacionales de países como Costa de Marfil y Bosnia-Herzegovina.

Este tipo de grupos, muy organizados, llega a amasar botines de hasta 20.000 euros al día, sobre todo en los transportes públicos (metro, trenes de cercanías, autobuses y tranvía). Los turistas, que suelen portar dinero en efectivo en altas cantidades, son uno de los objetivos prioritarios.

Pécresse recordó que estas redes son conocidas por las autoridades policiales y que, aunque entran en prisión por breves periodos, vuelven a salir y delinquir.