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Desorden en la RM: 155 mil insumos médicos vencidos fueron guardados por más de un año en bodegas

Desorden en la RM: 155 mil insumos médicos vencidos fueron guardados por más de un año en bodegas

Sábado 30 marzo de 2024 | 06:01

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BBCH

Datos recopilados por transparencia reflejan disparidad en la eliminación de insumos médicos entre municipios de la Región Metropolitana. Al menos seis comunas admiten no tener un registro de lo que eliminan, y los que sí tienen, reportan insumos eliminados años después de su fecha de vencimiento. Casi la mitad de corporaciones o departamentos de salud municipal en la RM no cuentan con protocolos que regulen estos procedimientos.

Este reportaje fue realizado por los estudiantes Raúl Esteban Santos y Ricardo Ramírez Rivas, en la sección de la profesora Catalina Gaete del curso Taller de Periodismo Avanzado de la Facultad de Comunicaciones de la Pontificia Universidad Católica de Chile.

“En el control de inventario, hay lugares donde existe un sistema informático, y hay otros lugares donde hay tarjetones, y otros donde prácticamente no hay nada (…) Tienes un sinfín [de métodos] y ninguno conversa entre ellos”, comenta Pamela Quinteros, secretaria del Colegio Farmacéutico de Chile, refiriéndose a la disparidad que existe en la gestión de insumos médicos a nivel municipal de la Región Metropolitana. Un problema que atañe a la Atención Primaria de Salud (APS), donde dispositivos médicos, insumos y fármacos son esenciales para los pacientes del sistema público.

La disparidad en el control de inventario fue identificada por la Contraloría General de la República (CGR) en un informe de 2021, en donde se evidenció en los Servicios de Salud (SS) del país. La investigación arrojó como resultado la destrucción de más de 35 millones de unidades físicas de medicamentos e insumos médicos en los SS a nivel nacional. En el mismo documento se hace énfasis en más de mil observaciones relacionadas “con deficiencias en el proceso de control de inventarios, en cuanto a debilidades en el almacenamiento de los medicamentos, en el registro de los mismos”, según señala el documento. Tales observaciones continúan en seguimiento por parte de otro departamento de Contraloría, el cual aún no publica el resultado de la revisión.

Tomando en cuenta que la Región Metropolitana es el territorio con mayor número de comunas a nivel nacional (52) y es el hogar del 41% de la población total del país -más de siete millones de personas, según cifras del Censo Nacional de 2017- se decidió poner el foco en esta región e investigar cómo las municipalidades eliminan sus insumos médicos.

Para ello, se enviaron tres solicitudes de transparencia a las corporaciones o departamentos encargados del área de salud de cada una de las municipalidades de la Región Metropolitana, sin incluir a Cerrillos, Curacaví y Estación Central, por no tener centros de salud bajo su administración. En la primera, se solicitó una base de datos que incluyera un registro de todos los insumos médicos dados de baja o eliminados en los centros o establecimientos de salud municipales. En la segunda, acceso y copia al manual de procedimiento y/o protocolo vigente sobre la baja y eliminación de insumos médicos. Por último, en la tercera, se requirió el acceso al manual de procedimiento y/o protocolo vigente sobre la realización de inventario periódico de insumos médicos.

Hasta la fecha de cierre de este reportaje (diciembre 2023), 42 de las 52 comunas respondieron la solicitud sobre el registro de insumos médicos dados de baja. Según la información entregada, entre enero de 2022 y octubre de 2023 se eliminaron 1.127.640 unidades de insumos médicos. Si bien un 28% no cuenta con una razón de baja, las principales causas señaladas son vencimiento (43%) y cuadratura de inventario (19%).

A través de las otras dos solicitudes de acceso a la información se pudo confirmar que al menos 16 comunas no cuentan con un protocolo de eliminación de insumos médicos y 22 no tienen un manual de gestión de inventario.

La falta de manuales o protocolos es problemática. “Al contar con manuales y protocolos, eso efectivamente estandariza y permite una mejor administración, ya que el manual prima por sobre las personas que estén desarrollando la función en determinado tiempo”, aseguran fuentes conocedoras del informe de la CGR.

El laberinto del sistema sanitario

Las prestaciones de salud pública son coordinadas por los 29 Servicios de Salud distribuidos a nivel nacional y el sistema de Atención Primaria de Salud, que en su mayoría es de administración municipal. Queda a disposición de cada municipio gestionarlo a través de un departamento de salud o una corporación.

Los Centros de Salud Familiar (CESFAM) y Servicios de Atención Primaria de Urgencia (SAPU) son parte de los establecimientos de atención primaria, donde, además de los medicamentos, los insumos o dispositivos médicos son fundamentales.

Pese a que su uso es esencial, el Instituto de Salud Pública (ISP) -organismo a cargo de la regulación de medicamentos y aparatos médicos- solo lleva un registro sanitario de ocho dispositivos médicos, que incluyen agujas hipodérmicas, guantes, jeringas, preservativos y desfibriladores.

Es decir, el ISP no considera todos los insumos que requiere la APS, por lo que las municipalidades deben contar con varios dispositivos que no están registrados, y en muchas ocasiones, llegan sin número de lote o fecha de vencimiento, complicando así su gestión.

Para adquirir cualquier dispositivo médico, las municipalidades y corporaciones pueden realizar compras directas con empresas privadas o recurrir a la Central Nacional de Abastecimiento (CENABAST), que se encarga de proveer los distintos fármacos e insumos que solicite toda entidad de salud pública, incluso aquellos no registrados por el ISP.

CENABAST suele ser la opción más recurrida por las municipalidades, pues da la posibilidad de adquirir insumos a un menor precio debido a su gran volumen de compra. La Central Nacional de Abastecimiento firma contratos de largo plazo con sus proveedores, teniendo que entregar los productos “con 14 meses de vigencia”, asegura Héctor Hernández, jefe de Inteligencia de Negocios de CENABAST.

Sin embargo, desde la Municipalidad de Santiago, alegan que en múltiples ocasiones los productos comprados a través de CENABAST llegan con un margen de vencimiento menor a los 14 meses. En estas ocasiones, Hernández asegura que lo que se hace es entregar los productos con una carta de canje para que cuando venzan, se pueda solicitar al proveedor que lo cambie por uno sin caducar. “Pero eso no te asegura que te cambien los productos. Siempre nos dan notas de crédito. Eso no me ayuda a gestionar mejor los insumos”, comenta Raúl Valenzuela, jefe de abastecimiento de farmacia de la Municipalidad de Santiago.

En cuanto a la gestión del inventario, si bien desde 2013 existe la norma técnica N°147, sobre “Buenas prácticas de almacenamiento y distribución de productos farmacéuticos”, que establece recomendaciones y medidas apropiadas para manejar este tipo de productos, no incluye mención alguna a insumos o dispositivos médicos.

No fue hasta 2020 que el ISP, encargado de fiscalizar la norma técnica, definió como necesario contar con una guía de inspección, con la que sus funcionarios deben vigilar el cumplimiento de la norma técnica N°147. En esta guía sí se diferencian los productos farmacéuticos de los insumos.

Consiste en una lista de chequeo que se utiliza para fiscalizar las distintas droguerías, en donde cada punto se categoriza según la importancia de su cumplimiento: “menor”, “mayor” o “crítico”. Por ejemplo, se establece como requisito “crítico” la existencia de un registro de los insumos almacenados y como “mayor” la revisión periódica de los productos para eliminar los que estén obsoletos.

Además, en 2022, el ISP publicó la “Guía de Buenas Prácticas de Almacenamiento, Distribución y Transporte de Dispositivos Médicos”, que usando como referencia la norma técnica N°147, establece ciertos requisitos para la gestión de los dispositivos médicos. No obstante, no cuenta con una obligatoriedad legal.

Interior de una Droguería Comunal de la Región Metropolitana. En la izquierda parte del equipo encargado de la administración de la bodega. A la derecha, una de las bodegas de insumos médicos dentro de la Droguería.
Ricardo Ramírez

Otro de los aspectos considerados como “crítico” en la lista de chequeo, tiene que ver con la disponibilidad de un sistema que permita la trazabilidad de las existencias. El ISP define la trazabilidad como la “capacidad de identificar el origen y el desplazamiento de una unidad específica y/o un lote de fabricación de un dispositivo médico”, según indica la guía de buenas prácticas de 2022. Agrega que este seguimiento debe hacerse en las etapas de fabricación y distribución, así como a través de las diferentes entidades que intervienen.

José Luis Contreras, investigador de la Comisión Nacional de Evaluación y Productividad, quien ha participado en estudios relacionados a la eficiencia en materia sanitaria, asegura que la trazabilidad es “bajísima” y es una cuestión “transversal” a todos los organismos relacionados a la salud.

Esto es lo que busca solucionar la nueva norma técnica N°226, aprobada por el Ministerio de Salud en septiembre de 2022, que obliga a “implementar un sistema de registro de datos que permita la trazabilidad de los dispositivos médicos al momento de su recepción por prestadores institucionales de salud”.

Pero las obligaciones de esta nueva norma técnica aún no son exigibles a los departamentos y corporaciones de salud municipal. Según el calendario de implementación, los centros de salud ambulatorios, como los CESFAM, solo estarán obligados a registrar datos de trazabilidad dentro de un año. Es decir, desde 2025 la Superintendencia de Salud (SIS) podrá exigir a los centros municipales cumplir con esta normativa.

Desde SIS señalan que será la Intendencia de Prestadores de Salud la encargada de fiscalizar, instruyendo “un plan de mejora a quienes no estén cumpliendo la normativa” y dando “un plazo máximo de dos meses para cumplir dichas instrucciones”. En caso de incumplimiento, los organismos podrían ser sancionados con multas de hasta 10 mil UTM.

Insumos médicos a la basura

Para monitorear la gestión de inventario en las municipalidades de la Región Metropolitana, se creó una base de datos con la información entregada en respuesta a 52 solicitudes de transparencia ingresadas sobre los registros de insumos dados de baja. Hasta la fecha de cierre de este reportaje, 42 comunas respondieron. Cuatro de ellas indicaron no haber eliminado ningún insumo entre enero de 2022 y octubre de 2023, y seis admitieron no contar con un registro de ese tipo: Independencia, María Pinto, Melipilla, Nuñoa, Padre Hurtado, y San Ramón.

Entre los 32 municipios restantes, se eliminaron 1.127.640 unidades de insumos médicos. Respecto al valor de cada insumo eliminado, solo 18 comunas respondieron, sumando $111.112.984 pesos chilenos. Alrededor de 300 pesos por cada insumo desechado.

Las comunas que eliminaron una mayor cantidad de insumos fueron Santiago, El Bosque y La Granja. Las tres superaron los 200.000 insumos dados de baja entre enero de 2022 y octubre de 2023. Le siguen Puente Alto, con poco más de 85.000.

Sin embargo, como denuncia Raúl Valenzuela, jefe de abastecimiento de la Dirección de Salud de Santiago, “seguramente las otras comunas mandaron un subregistro”. Maryorie Vera, su símil en El Bosque, concuerda y añade: “Yo creo que somos de las únicas comunas que hacen inventario”.

Síntesis de respuestas de transparencia a 52 comunas de la RM. Elaboración propia

Raúl Esteban Santos y Ricardo Ramírez Rivas

Las respuestas del resto de municipalidades, sin embargo, fueron dispares. La municipalidad de Maipú y la corporación de Conchalí denegaron su respuesta alegando que requería de demasiado tiempo e información que recabar. Por su parte, Ñuñoa denegó su respuesta al mismo tiempo que admitió “que no existe un reporte de baja de insumos médicos”. En el caso de Cerro Navia, solo se contó con información de julio a octubre de 2023.

Además, en cuatro comunas (Buin, El Monte, San Miguel y Talagante) las respuestas entregadas no cumplían con el formato de base de datos, dificultando su estandarización, por lo que se tomó la decisión de no incluirlas en el registro. Si bien se solicitó subsanar estos problemas, las respuestas no llegaron a tiempo para la publicación de este reportaje. Por su parte, Isla de Maipo, La Florida, Quilicura, San Bernardo y Tiltil ni siquiera respondieron la solicitud.

Para crear esta base de datos se estandarizó la información. Por ejemplo, las fechas de compra, vencimiento y baja quedaron en el formato dd/mm/aaaa, aunque algunas solo indicaban mes y año. Y en el caso de que solo se señalase el año, se decidió ajustar al día 1 de enero del año correspondiente. Todos los valores de precio han sido aproximados a la unidad, sin decimales.

Respecto a las razones de baja señaladas para cada insumo, se definió un glosario para agrupar la variedad de justificaciones en conceptos más sencillos. Tras validarlo con Pamela Quinteros, secretaria nacional del Colegio Farmacéutico, se determinaron estas 11 razones de baja: vencimiento, cuadratura, cuarentena, envase deteriorado, merma, retiro del mercado, defectuoso, envase vacío, devolución, almacenados desde gestión anterior y usados (Ver Tabla 2).

Glosario de las razones de baja. Elaboración propia, validado con referentes en materia farmacéutica.

Raúl Esteban Santos y Ricardo Ramírez Rivas

Razón principal de baja: vencimiento

José Luis Contreras, investigador de la Comisión Nacional de Evaluación y Productividad, señala que “hay tres grandes dimensiones de pérdida de insumos (…) uno es por vencimiento, dos es porque por ejemplo se echó a perder, y tres (…) robo”.

Según los datos recolectados para esta investigación, parte de esta percepción es correcta. De un total de 1.127.640 insumos dados de baja, casi la mitad, un 43%, tienen como razón de eliminación el vencimiento. Es decir, dispositivos médicos que se eliminan porque, en definitiva, ya no pueden utilizarse.

Gráfico circular de las razones de baja indicadas para la eliminación de los insumos médicos. Elaboración con datos obtenidos a través de transparencia.

Raúl Esteban Santos y Ricardo Ramírez Rivas

Pero el momento para eliminar los dispositivos, antes o después de su vencimiento, también varía según cada comuna. Del total de insumos eliminados, 27.018 fueron dados de baja más de un mes antes de su fecha de vencimiento, 92.154 el mismo día, y 355.896 al menos un día después de vencer (ver Gráfico 2). Algunos, incluso más de seis meses previo a su vencimiento (1.622). De aquellos, 1.200 corresponden a jeringas eliminadas casi tres años antes de vencer (1.056 días) en el CESFAM Laurita Vicuña de la comuna de Puente Alto, debido a “daños por lluvia”.

Gráfico de barras de la cantidad de insumos eliminados respecto a su fecha de vencimiento. Elaboración con datos obtenidos a través de transparencia

Raúl Esteban Santos y Ricardo Ramírez Rivas

La Corporación de Puente Alto no cuenta con un protocolo de baja ni con un manual de gestión de inventario y es la cuarta municipalidad con mayor cantidad de insumos eliminados en la región: 85.352. Se contactó en reiteradas ocasiones a la Corporación Municipal de Puente Alto para preguntar por este caso, sin embargo, no respondieron.

El problema de la trazabilidad

“La trazabilidad solamente llega a lo que se denomina la bodega central [del establecimiento]”, explica José Luis Contreras, investigador de eficiencia en salud pública de la Comisión Nacional de Evaluación y Productividad. Además, asegura que, al distribuirse al resto de bodegas, “ya no hay claridad de qué es lo que [pasa con los insumos]”.

Si bien la nueva norma técnica explicita la necesidad de contar con trazabilidad en los dispositivos médicos, esta solo obliga a tener un registro de datos al momento de su recepción, sin considerar dónde vaya el insumo después, para ser utilizado. “Si no lo vamos a llevar a la práctica, si solo va a ser al minuto de la recepción, (…) va a ser una letra muerta”, opina Pamela Quinteros, secretaria nacional del Colegio Farmacéutico de Chile.

Según los datos recopilados por transparencia, en la Región Metropolitana más de la mitad de los insumos médicos son eliminados en los centros de salud de las comunas, una vez ya salieron de la bodega o droguería central y perdieron la trazabilidad.

“Es súper importante tener trazabilidad. Te permite gestionar de muy buena manera. Emito mi informe y me saca altiro los productos que van a vencer de aquí al tiempo que yo quiera (…) Es súper bueno (…) porque te evita mermas”, concluye Maryorie Vera, encargada de la bodega comunal de El Bosque.

La falta de trazabilidad podría explicar que los 484.663 insumos eliminados por vencimiento en la región, en promedio, fuesen dados de baja 196 días después de su fecha de caducidad.

Gráfico de burbujas con la distribución de la cantidad de insumos eliminados según los días transcurridos entre su vencimiento y baja. Elaboración con datos obtenidos a través de transparencia.

Raúl Esteban Santos y Ricardo Ramírez Rivas

Por otro lado, al menos 155.609 existencias fueron retiradas más de un año después de su fecha de vencimiento. Y al menos 43.084 insumos vencidos se quedaron en las bodegas de la Región Metropolitana hasta tres años después de caducar. Gran parte de ellos en la comuna de La Granja, la cual no cuenta con un protocolo de baja ni con un manual de gestión de inventario. Según la información entregada por su municipalidad, 33.514 de los 231.860 insumos que dieron de baja en los últimos dos años, fueron botados más de tres años después de haber vencido.

“Eliminar desechos cuesta plata (…) Hay cosas que nosotros vamos eliminando mes a mes, pero eso es cuando tú eres ordenado. Hay otros lugares que no. Juntan en una orilla, y apartan hasta que pueden eliminarlo”, reconoce Pamela Quinteros, secretaria nacional del Colegio Farmacéutico de Chile.

Errores humanos

Después del vencimiento, la siguiente razón de baja de insumos que más se repite entre las municipalidades de la región es la cuadratura de inventario, con un 19%. Lo cual se refiere a la diferencia que hay entre lo que se tiene anotado en el registro y lo que efectivamente se encuentra en la bodega. Esto lleva a que se elimine del registro un producto que no está realmente presente en la bodega, para así cuadrar el inventario.

Del total de 210.885 insumos médicos eliminados por esta razón, el 92% fue en la municipalidad de El Bosque. “Como nosotros, a diferencia de otras comunas, hacemos inventario todos los meses (…) tenemos cuadraturas de saldo constantemente (…) Es lógico que en procesos pueda haber errores (…) siempre van a haber pequeñas diferencias, a veces positivas, a veces negativas”, defiende la directora técnica de la droguería comunal de El Bosque, Maryorie Vera, quien además aseguró que suele deberse a “errores humanos principalmente”.

Ubicada a un costado del SAPU Carlos Lorca, la bodega comunal de El Bosque ha sido el lugar de trabajo de Maryorie Vera por los últimos nueve años. Un espacio de no más de 50 metros cuadrados en el que se reciben los insumos y fármacos que luego son distribuidos a los siete centros de salud y a los 162 mil vecinos de la comuna.

Si bien se cumplen algunos requisitos de almacenamiento de la norma técnica N°147, como áreas separadas para los insumos, o fármacos en situación de alerta retirados del mercado, en este almacén se pueden observar cajas apiladas en el suelo. Al respecto, Pamela Quinteros, secretaria nacional del Colegio Farmacéutico, explica que “cuando tú pones un producto a ras de suelo hay un mayor riesgo de contaminación. Cuando entran las yeguas con las cajas, entran de la calle (…) con basura o tierra”.

“Todo repercute en el paciente, no en la institución”

La gestión de insumos médicos en la atención primaria de la Región Metropolitana es diferente en cada comuna. “Cada quien aquí tiene su forma de operar”, asegura Pamela Quinteros, secretaria del Colegio Farmacéutico de Chile.

“Tienes alguien que tiene tiempo y le interesa y ve relevancia en tener estándares de cómo se gestiona el inventario, pero hay otro municipio que probablemente tiene 10.000 problemas más graves, que eso no es prioridad”, ejemplifica José Luis Contreras, investigador de la Comisión Nacional de Evaluación y Productividad (CNEP).

El investigador de la CNEP concluye que “el gran desafío que hay a nivel municipal es la gran heterogeneidad en la capacidad y en los recursos”. En la Región Metropolitana el municipio que más gastó en salud en 2022 fue Puente Alto, con una inversión 60 veces mayor que San José de Maipo, la comuna con menor gasto, según datos del Sistema Nacional de Información Municipal.

“Aquí la política es cómo lograr una mejor trazabilidad”, opina Contreras. Con lo que concuerda Maryorie Vera: “Yo sé lo que me ingresa, pero no sé finalmente en qué paciente termina el producto. Y eso es lo que se está aspirando [solucionar]”, quien concluye que “eso es lo que en un futuro la trazabilidad va a poder facilitar”.

“Esto puede costar una muerte. Una afección de un preservativo roto puede causar problemas serios”, asegura César Gattini, director ejecutivo del Observatorio Chileno de Salud Pública (OCHISAP), valorando las implicancias que puede llegar a tener que los problemas mencionados en este reportaje no se resuelvan. Además, no duda en admitir que, si alguien fallece en un centro de salud y se descubre que, por ejemplo, uno de los guantes utilizados en su tratamiento estaba vencido, se genera “un lío bastante grande. Legal, incluso”.

Raúl Valenzuela, encargado de farmacia en la Dirección de Salud de Santiago, concuerda y señala que finalmente “todo repercute en el paciente, no en la institución”.

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